sábado, 15 de octubre de 2011

Las delgadas líneas rojas

Dice Felipe González que no estamos al borde del abismo, sino ya en él. Estoy de acuerdo. Estar en el abismo es experimentar la caída libre hacia un fondo que no puede vislumbrarse con claridad hasta el final del trayecto. En ello estamos, con el plomo en las alas de un estilo de vida y una escala de valores que no volverán jamás: ni en la economía, ni en el modelo productivo, ni en las expectativas de los ciudadanos, ni en las pautas de relación de las personas entre sí, ni en el papel de la familia, la empresa, la ciudad, la política...
La vieja y civilizada Europa es además –quién nos lo iba a decir hace unos pocos años- el epicentro de la decadencia que nos toca transitar, la sima que tanto preocupa ahora al resto del mundo globalizado. El pánico se extiende más cada día. También los mercados están asustados con esta dinámica que, incluso a ellos, les supera. De otro modo no se entiende que George Soros, un tiburón de las finanzas –un aventurero sin escrúpulos, dijo de él Paul Krugman-, firme junto a reputados socialdemócratas como Solchaga, Solana o Solbes, una “Carta abierta a los líderes de la eurozona”, pidiendo eurobonos y una estrategia que estimule el crecimiento y la convergencia de los estados europeos.
No hay duda de que el relato político y económico, compartido durante más de tres generaciones, se desmorona. Y es urgente construir uno nuevo, sin el habitual paternalismo de la izquierda ni el interesado electoralismo de la derecha. Trascendiendo lo inmediato para abrir ventanas al futuro. Con la verdad como el gran faro de la renovación. Es necesario que alguien nos explique donde estamos a día de hoy y, a renglón seguido, nos proponga una estrategia de cambio que otorgue herramientas de esperanza a los jóvenes, a los parados, a los padres, a los ancianos… En suma, un camino creíble por el que merezca la pena progresar.
Ese discurso nuevo debe contener deberes, derechos y líneas rojas. Deberes, porque es hora de decir que nadie puede esperar a que las soluciones le lleguen siempre de los poderes públicos, que toca trabajar más y mejor, cada uno donde se encuentre. Siempre hay algo que aportar, que aprender, que mejorar, que innovar…, para ser más productivos y útiles. Más preparados para lo que está por llegar. Poco avanzaremos si no hacemos otra cosa que rasgarnos las vestiduras ante los escándalos que nos rodean. La indignación es justa y necesaria, pero desde el ejemplo es más fuerte y consistente. Ofrecerse, por ejemplo, para operar de forma gratuita a los pacientes en lista de espera, es la mejor forma de oponerse a los recortes en los hospitales catalanes.
Las líneas rojas. Es necesario un nuevo modelo productivo, basado en el conocimiento en vez del enriquecimiento individual rápido. Sin una educación de calidad al alcance de todos, sin igualdad de oportunidades, no es posible alcanzarlo. Recortar en educación es cargarse el futuro. Desmantelar la sanidad pública más exitosa y barata del mundo, es atentar contra la cohesión social necesaria para un progreso sostenible. Olvidar la atención a los mayores y reducir la protección a los más desfavorecidos, es traicionar el espíritu solidario que nos ha hecho fuertes como país.
Pagar las deudas, reducir el déficit es imprescindible. Pero sin tocar las líneas rojas. Fuera de ellas hay otras telas que cortar, mucho fraude que combatir, reformas fiscales que emprender, políticas de estímulo e inversión pública que desarrollar, mucho gasto superfluo del que prescindir... Todo un gran reto colectivo. Materia abundante para líderes que entiendan la crisis como una oportunidad de progreso y renovación.
Delgadas líneas rojas. Y a quien las traspase –vuelvo a Felipe-, que lo saquen por la ventana del pasado. mucho de esto –no todo- se lo escuché a Rubalcaba el domingo en ExpoOurense. A Rajoy poco le he oído decir al respecto.

18 comentarios:

  1. Hace unos días oí a la presidenta de UNICEF España proponer a los partidos políticos que incorporen en sus programas electorales un Plan contra la pobreza infantil. Decía con toda la razón que en España en estos momentos está en riesgo la igualdad de oportunidades porque a pesar de la universalidad de la educación y de la sanidad, los padres y madres con mayor desempleo y menos recursos, no tienen la misma disponibilidad para que sus hijos puedan aprovechar los recursos educativos y sanitarios: menor motivación al estudio por no garantizar en el futuro un trabajo, menos dinero para material escolar y actividades extraescolares, peores condiciones de vida, peores hábitos de salud, etc. Por tanto la protección social, como tu dices es una de las líneas rojas que clarísimamente no se pueden pasar.

    Pero la política de subsidios no es una solución permanente, su prolongación en el tiempo crea igualmente bolsas de marginalidad, insatisfacción y delincuencia. También es necesario estimular la creación de empleo para que los padres y jóvenes puedan trabajar y esto sin volver al ladrillo. Este es el gran reto. ¿Alguien nos va a mostrar un camino, una hoja de ruta para que esto no pase a costa de que se enriquezcan los de siempre, que es el camino del liberalismo económico o sea de Rajoy?
    Habría que cambiar el modelo productivo, que los que tengamos trabajo, negocios etc, ganemos menos y produzcamos más. Pero aplicar el mismo rasero para los bancos, y los que se lucran en los mercados financieros. Y que todo eso se reinvierta en economía productiva, creadora de productos más ecológicos y sostenibles y se grave la economía especulativa.

    Yolanda Logroño

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  2. Tanto el artículo como el comentario apuntan muy bien a lo que hay que hacer, según mi modesta opinión.Porque el individualismo latente en nuestra sociedad, la escasa conciencia social, la avaricia desenfrenada y el egoísmo personal nos llevan a un mundo inhabitable, al sálvese quién pueda: tremendo.Tremendo ver como en las Comunidades Autónomas se está arruinando la educación, aumentando la gran injusticia de la desigualdad de oportunidades.Atentando contra la vida humana, que eso es la destrucción de la Sanidad pública.Abandonando a su suerte a discapacitados y ancianos: una crueldad.
    ¿Nunca nos equivocamos los votantes?tanto como los gobernantes.Debemos abrir los ojos y no dejar que se crucen las líneas rojas.

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  3. Solo puedo estar de acuerdo con mis dos amigas. Los tiempos son terribles y el futuro se presenta negro, pero yo creo que falta un discurso en el que se diga a los ciudadanos que hay que trabajar más y mejor, cada uno en lo suyo, haciendo del trabajo un valor, un servicio, con ánimo para salir adelante. No nos mesemos mas los cabellos mirando hacia atrás, por supuesto que existen culpables y deberían pagar por ello pero los ciudadanos de a pie podemos hacer poco en este sentido, solo salir a la calle y pedirlo con todas nuestras fuerzas y obligar a los gobiernos a que creen formas de juzgarlos, de acuerdo. Pero en cuanto volvamos a nuestras casas y lleguemos a nuestros trabajos, trabajemos, mucho y bien, e inculquemos a nuestros hijos este valor. Los que pertenecemos a sectores tan esenciales como la sanidad o la enseñanza es fundamental que tengamos esta actitud, y también que sirva de ejemplo al resto de los ciudadanos.

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  4. Sí, yo también miro con simpatía las manifestaciones de indignados. Y claro que apuesto públicamente por la atención a los mayores, por la igualdad de oportunidades, por la educación y la sanidad públicas, por la lucha contra la pobreza infantil, etc. Es más: no me temblaría el pulso a la hora de firmar por menos salario y más trabajo, si eso ayuda. Para eso estamos. Esos son mis valores.
    Pero en cuanto me quedo solo, en mi esfera estrictamente privada, me quito el barniz de buen ciudadano y soy el que soy. Las facturas mejor sin IVA (¿pero es que alguien exige pagar el IVA?), la consulta médica o la prueba mejor hoy que esperar cuando me toque (trabajo "allí"), mis hijos delante de los demás porque conozco a la persona "adecuada", esa hora de trabajo que empleé buscando en Google un buen hotel en Canarias (¡tantas horas!), un boli que me traigo hoy del curro y mañana dios dirá, y así. Por no hablar de la declaración de la renta.
    En definitiva, valores de salón todos los del mundo. Pero cuando nadie me ve... Uy.
    Claro, estoy hablando de mi, que conste. Sólo de mí.
    Afortunadamente.

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  5. De abismos

    En los últimos años del franquismo corría un chiste:

    Franco se dirige a la nación:

    "¡Espaaañoooles! Ayer estábamos al borde del abismo. Pero hoy ¡hoy hemos dado un gran paso adelante!"

    ¿Será cierto que la historia es cíclica? ¿Estamos condenados como Tántalo a subir eternamente la piedra a la cima para que después ruede otra vez al valle? ¿O estaremos dentro de un día sin fin, como Bill Murray en "Atrapado en el tiempo", repitiendo los errores hasta que por fín cuadre bien la historia?

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  6. Fe de erratas.

    Perdón por la metedura de pata, Tántalo era el "eterno sediento"; Sísifo era el "arrastrapedruscos". En fín, un par de "pringaos" al fin y al cabo. ¿Será que los griegos lo llevan en los genes? porque también tenían a Prometeo encadenado, a quién el águila Ethon le comía el hígado por el día mientras que por la noche se le volvía a regenerar y vuelta a empezar.

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  7. To Mr. Jekill and Mr. Hyde (ciudadano probo de dia/ciudadano reprobo de noche):

    "Está permitido caerse. Es obligatorio levantarse" (proverbio "ruski")

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  8. TANSTAAFL (acrónimo de "There Ain't No Such Thing As A Free Lunch")

    “Ofrecerse, por ejemplo, para operar de forma gratuita a los pacientes en lista de espera, es la mejor forma de oponerse a los recortes en los hospitales catalanes.”

    No hay problema.
    Pero… ¿como lo organizamos?
    Vaya, necesitamos un anestesista, unas cuantas enfermeras, celadores, equipo de limpieza, a los de esterilización, un patólogo (no, ese que trabaje al día siguiente), ¿reanimación quizás?
    Bueno, ya los hemos convencido a todos (son buena gente) para que vengan por la cara. ¿Cuántas veces?. ¿Una sola como un gesto de solidaridad? ¿Una o dos veces a la semana? ¿Una al mes?
    Ya llevamos unos meses doblando jornadas en este modelo deflaccionario. Empiezan las dudas:
    - Cariño, mañana es nuestro aniversario.
    - Lo siento querida, pero es que he quedado con los amigos para operar…
    - Lo que pasa es que tú ya no me quieres como antes.
    - Bueeeeno. (hablando por el móvil) ¿Pérez? Oye, que mañana como que no me viene bien, ¿podemos cambiar la operación para el miércoles? ¿Qué no? ¿Qué el del gas de la risa tiene partido? ¡¡¡#%0&!!! (se oyen juramentos en arameo)
    Se hace duro, pero todo sea por el bien de la comunidad. ¡Hombre! Ahora que lo pienso…el director del banco podría colaborar un poquito y dejarme esas pelillas que necesito sin intereses (fuera del horario laboral, por supuesto). Y los del súper ¿no podrían arrimar también el hombro y llenarme un carrito? Al fin y al cabo no dejan de vender…

    No se puede tener una economía que funcione basada en cosas gratuitas. Viola uno de los principios principales que rigen el universo, conocido como “TANSTAAFL”.

    “- Gospodin - dijo LaJoie súbitamente -, antes utilizó usted una extraña palabra...
    extraña para mí, quiero decir.
    - Ahora que los chicos se han marchado, llámeme «Mannie». ¿Qué palabra?
    - Fue cuando insistió en que la joven Tish también tenía que pagar. Dijo usted «Tone
    stapple», o algo parecido.
    - ¡Oh! «TanstaafI». Significa algo así como «Nadie regala nada». Trataba de recordarle
    que lo que obtenemos gratuitamente a la larga resulta el doble de caro o pierde todo su
    valor.
    - Una filosofía interesante.
    - No es filosofía, sino hechos. De un modo u otro, cuando uno obtiene algo, paga por
    ello. - Me abaniqué -. Cuando estuve en la Tierra oí que alguien decía: «Gratis como el
    aire». Aquí (en la Luna), el aire no es gratis, hay que pagar por él.”

    Fragmento de “La Luna es una cruel amante” novela de ciencia ficción de Robert A. Heinlein. 1966

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  9. Pregunta-trampa.

    Aún a riesgo de que alguien me reproche un comportamiento de tipo viral (cinco intervenciones seguidas) pregunto:

    ¿Por qué delgadas y no gordas?(A las líneas rojas me refiero). Si habláis de barreras que no deben ser traspasadas, mejor que sean gorditas ¿no?

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  10. Delgadas porque pasarlas conceptualmente no tiene vuelta atrás. En Cataluña se está demsotrando. Ahora van a trocear el ICS en múltiples pedazos, para privatizar el servicio. Con ello se acabará la equidad y la calidad = eficiencia asistencial pasará a un segundo o tercer término en los objetivos de las instituciones sanitarias.
    De la educación podríamos decir lo mismo.

    O es conceptualmente una linea roja o se convierte en un coladero de la crisis.

    Para chiste de Franco y abismos, recuerdo otro: Arriba Franco, arriba franco..... ¡suelten!

    Lo de ampliar jornada sin cobrar más, no es hacer algo gratis, no es tanstaafl: es decir en mi horario son necesarios esfuerzos adicionales para salvar mi empresa y el trabajo en el que creo y tanto me gusta, y si para ello es conveniente quedarme una hora más, pues que así sea... Al fin y al cabo también lo pago con mis impuestos y lo utilizo o algún día lo utilizaré...
    Puede que los paradigmas de la socialdemocracia tengan que cambiar y en vez de buscar cada vez menos horas de trabajo para cada trabajador para alcanzar el pleno empleo y que el hombre tenga tiempo para su máxima realización personal sólo en algunos lugares del planeta, la prioridad sea ahora no traspasar las rayas rojas en ningún sitio y que además el estado del bienestar llegue a todos los lugares del mundo y para todos los seres humanos... ¿Sería esa la utopía del siglo XXI?

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  11. La delgada línea roja (The Thin Red Line, expresión de origen inglés con la connotación de “barrera que no debe ser franqueada”).

    En 1854 Inglaterra se embarcó en la Guerra de Crimea contra los rusos. En muchos aspectos fue un auténtico desastre y es una fuente muy rica si uno quiere buscar ejemplos de incompetencia (no solo militar, sino también civil). Esta es la cruz. La cara de la moneda son los casos en los que el buen hacer (¿el amor al trabajo bien hecho?) de los “tommys” (soldados británicos) salvaron el honor de sus jefes y del Imperio.
    Los episodios más memorables se produjeron en la batalla de Balaclava, entre ellos destacan la Carga de la Brigada Pesada y la famosa Carga de la Brigada Ligera ( 673 jinetes cargaron de frente a la artillería rusa, sin ningún apoyo, a lo largo de un valle de un kilometro y medio flanqueado por la infantería rusa).
    El origen de la expresión La Delgada Línea Roja está en la actuación del 93º Regimiento de Hihglanders: mientras el grueso de la caballería rusa se dirigía contra la Brigada Pesada, cuatro de sus escuadrones se desviaron con la intención de cargar sobre Balaclava; en su camino solo estaba sir Colin Campbell, con apenas 500 hombres, número insuficiente para las formaciones defensivas clásicas en cuadro o de cuatro líneas para repeler ataques de caballería . Solución: dispuso las tropas en dos líneas (rojas por el color de las casacas de los escoceses y delgadas por el número). William Russell, corresponsal del Times la describió como “thin red line tipped with steel”. Rudyard Kipling también colaboró a asentar la expresión con el poema titulado “Tommy”: «O it's 'Thin red line of 'eroes,' when the drums begin to roll».

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  12. Adivina, adivinanza...

    1. ¿Cuáles fueron las aportaciones de la Guerra de Crimea al glamuroso mundo de la moda?

    2. ¿Y al de la Medicina?

    Pista para la 2.

    Lo! in that house of misery
    A lady with a lamp I see
    Pass through the glimmering gloom,
    And flit from room to room.

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  13. Supongo que todos trazamos líneas rojas, unas para no traspasarlas nosotros mismos y otras para que no las traspasen los demás. El problema es cuando mis lineas rojas son grises para otros o viceversa. Son el territorio de la confrontación.

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  14. Respuestas:

    1. Crimea y la Moda.

    - la manga raglán: proviene de Lord Raglan (FitzRoy Somerset), Mariscal de Campo en Crimea. Habiendo perdido un brazo en Waterloo, adaptaba la guerrera para disimular la amputación, con el corte de la manga originándose en el cuello.

    - el sueter cárdigan: proviene de otro lord, esta vez Lord Cardigan, el que dirigió la Carga de la Brigada Ligera

    - balaclava: la prenda a la que nosotros llamamos pasamontañas por ahí fuera se conoce como balaclava; en la campaña de Crimea las mujeres inglesas tejieron miles de estas prendas para los soldados.

    2. Crimea y la Medicina

    “La Dama del Candil” del poema es Florence Nightingale. La Guerra de Crimea fue la cuna en donde nació la Enfermería como profesión. Fue una mujer excepcional en muchos aspectos. Si tenéis 10 ó 15 minutos os recomiendo que leáis parte de su historia en este documento:
    http://www.ibe.unesco.org/fileadmin/user_upload/archive/publications/ThinkersPdf/nightins.PDF
    Creeréis oir una familiar canción de fondo que dice: asistencia sanitaria para todos, educación como instrumento de cambio y progreso, igualdad de trato, run, run, run…

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  15. Me parecen estupendas y estimulantes las referencias a la Guera de Crimea, que desconocía en su mayoría, salvo por el hecho de ser el comienzo de la enfermería tal como hoy la entendemos.

    Thank you por el rato...
    Y por el documento que voy a mandar a la hija de un amigo que comienza Enfermería. Tambien voy a enviar las referencias a la moda a mis amigos de ese gremio.

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  16. Para los interesados, aquí tenéis el famoso poema sobre la Carga de la Brigada Ligera que todo británico de cierta edad tuvo que chapar en el instituto...

    http://www.nationalcenter.org/ChargeoftheLightBrigade.html

    También está la película "The Charge of the Light Brigade (La Ultima Carga)del año 1968 con Sir John Gielgud como Lord Raglan y Trevor Howard (nominado por el Oscar en la clásica película británica "Breve Encuentro")en el papel de Lord Cardigan.

    Un Abrazo
    Steve

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  17. Gran poema. He aquí un britanico que ha llegado a nuestra blogosfera. Bienvenido amigo.

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  18. Británico, inglés, o del Reino Unido? ¡Qué ojo tienes, dcala!. s2

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