En el primer lugar al que llegaron los navegantes europeos que descubrieron la costa de Namibia, habitan hoy miles de focas agrupadas en grandes colonias. Pero a pesar del abundante pescado, muchas de las crías no consiguen sobrevivir y, en ese doloroso equilibrio ecológico, cada día sus cadáveres son el alimento de los carroñeros (chacales, gaviotas...). A la luz del día. Frente a nuestros impotentes ojos.
lunes, 2 de diciembre de 2013
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