Que no teman las mejillas sonrosadas
al murmullo que sale del desierto.
No se marchitarán vuestras miradas,
una valla os tiene bien cubiertos.
Pensamiento dormido, cuento de hadas
en una tumba de corazones muertos.
Por las ondas vendrán, silencio ciego,
con su ruido traerán amor y fuego.
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