Les propongo una idea. Un simple click en el ordenador. La convocatoria, como ocurre últimamente, salió de las redes sociales. Esta mañana, los medios de comunicación ya están haciendose eco. Cientos de parados de larga duración, que en Febrero dejarán de percibir los famosos cuatrocientos euros, y una multitud de demandantes de primer empleo, se arremolinan en las puertas de las oficinas de AENA.
Al parecer todos llevan un curriculum actualizado, en el que demuestran poseer alguna de las titulaciones que se exigen como condición previa para llegar a ser controladores aéreos. Todos argumentan lo mismo: tal como están las cosas, se impone una rotación de los puestos de trabajo. Sobre todo para quienes han hecho un uso abusivo del suyo. La demanda es sencilla: de ellos deben salir los nuevos controladores de los aeropuertos españoles. A los actuales les corresponde sustituirles en el paro. Al menos hasta que vuelvan a convocarse vacantes.
Todo muy razonable y justo. Pero improbable. Un sueño más de la razón virtual. La esclerosis del mercado de trabajo español devolverá a los ciberconvocados a sus puestos en la Red a la espera de otra buena idea, surgida de la imaginación calenturienta de algunos y de la desesperación de todos. Mientras les dure la paciencia.
A la misma hora, más de 600.000 personas emplazadas a través de Facebook por el exfutbolista Éric Cantona, se disponían a retirar simultaneamente su dinero de los bancos. La iniciativa StopBanque pretende colapsar el sistema financiero que ha causado la crisis, ha sido rescatado después con el dinero de los contribuyentes y ahora nos exige cada vez mayores sacrificios para mantener su cuenta de resultados.
Pocos auguran éxito al bueno de Éric en su particular “corralito” autoinducido. Pero su protesta virtual es un reflejo más de la desconfianza ciudadana ante el errático rumbo que marcan los que nos dirigen en Europa. Capaces de mostrar en Bruselas un obsceno entusiasmo con las medidas tomadas por el gobierno español, entre las que se incluye la retirada de la ayuda a miles de parados. Decisiones quizá necesarias, pero en modo alguno merecedoras de calificativos elogiosos, que al menos por pudor deberían evitarse. Y que demuestran que su preocupación no es la misma de la mayoría.
Sobre todo cuando después rechazan crear una Agencia Europea de Bonos de Deuda para compartir riesgos y soluciones dentro de una verdadera Unión Económica Europea. Nuestro mayor problema a día de hoy. Y al mismo tiempo, la única solución que tenemos. O sea que ni bonoloto ni proyecto común: toca seguir con el agónico devenir de gráficas y parámetros que bajan, se recuperan un poco y vuelven a bajar ante nuestros impotentes y cada vez más deprimidos ojos.
Y de nuestros castigados oidos que cada día tienen que oir nuevas barbaridades, a poco que zapeen en la TDT y tropiecen en los territorios donde habita el “periodismo de garita”, tan bien definido por Antón Bahamonde. En ellos, ayer mismo, un ínclito representante del odio irredento acusó, cargado de razón, a Rubalcaba de haber montado el lío de los controladores, tal como hizo en el 11M. Afirmación coincidente, en los rótulos de los mensajes de texto, con la de otro energúmeno sugiriendo que la caida de un avión en estos militarizados días, sería la mejor forma de cargarse de una vez a Zapatero. Con aplausos desde la grada.
Un desastre. No se ve la luz al final del tunel. Sólo la Red, libre aún de barreras y prejuicios, aporta de vez en cuando motivos para la esperanza.
Al parecer todos llevan un curriculum actualizado, en el que demuestran poseer alguna de las titulaciones que se exigen como condición previa para llegar a ser controladores aéreos. Todos argumentan lo mismo: tal como están las cosas, se impone una rotación de los puestos de trabajo. Sobre todo para quienes han hecho un uso abusivo del suyo. La demanda es sencilla: de ellos deben salir los nuevos controladores de los aeropuertos españoles. A los actuales les corresponde sustituirles en el paro. Al menos hasta que vuelvan a convocarse vacantes.
Todo muy razonable y justo. Pero improbable. Un sueño más de la razón virtual. La esclerosis del mercado de trabajo español devolverá a los ciberconvocados a sus puestos en la Red a la espera de otra buena idea, surgida de la imaginación calenturienta de algunos y de la desesperación de todos. Mientras les dure la paciencia.
A la misma hora, más de 600.000 personas emplazadas a través de Facebook por el exfutbolista Éric Cantona, se disponían a retirar simultaneamente su dinero de los bancos. La iniciativa StopBanque pretende colapsar el sistema financiero que ha causado la crisis, ha sido rescatado después con el dinero de los contribuyentes y ahora nos exige cada vez mayores sacrificios para mantener su cuenta de resultados.
Pocos auguran éxito al bueno de Éric en su particular “corralito” autoinducido. Pero su protesta virtual es un reflejo más de la desconfianza ciudadana ante el errático rumbo que marcan los que nos dirigen en Europa. Capaces de mostrar en Bruselas un obsceno entusiasmo con las medidas tomadas por el gobierno español, entre las que se incluye la retirada de la ayuda a miles de parados. Decisiones quizá necesarias, pero en modo alguno merecedoras de calificativos elogiosos, que al menos por pudor deberían evitarse. Y que demuestran que su preocupación no es la misma de la mayoría.
Sobre todo cuando después rechazan crear una Agencia Europea de Bonos de Deuda para compartir riesgos y soluciones dentro de una verdadera Unión Económica Europea. Nuestro mayor problema a día de hoy. Y al mismo tiempo, la única solución que tenemos. O sea que ni bonoloto ni proyecto común: toca seguir con el agónico devenir de gráficas y parámetros que bajan, se recuperan un poco y vuelven a bajar ante nuestros impotentes y cada vez más deprimidos ojos.
Y de nuestros castigados oidos que cada día tienen que oir nuevas barbaridades, a poco que zapeen en la TDT y tropiecen en los territorios donde habita el “periodismo de garita”, tan bien definido por Antón Bahamonde. En ellos, ayer mismo, un ínclito representante del odio irredento acusó, cargado de razón, a Rubalcaba de haber montado el lío de los controladores, tal como hizo en el 11M. Afirmación coincidente, en los rótulos de los mensajes de texto, con la de otro energúmeno sugiriendo que la caida de un avión en estos militarizados días, sería la mejor forma de cargarse de una vez a Zapatero. Con aplausos desde la grada.
Un desastre. No se ve la luz al final del tunel. Sólo la Red, libre aún de barreras y prejuicios, aporta de vez en cuando motivos para la esperanza.
Sr Chechu: creo que fue el sr Zarrías, el militante PSOE que votó con manos y pies, el que acusó al PP de estar detrás del lío de los controladores...creo...Y no lo ha desmentido...
ResponderEliminarLamentable, desde luego, la intervención de Zarrías después de la también lamentable aparición estelar de Gonzalez Pons. A pocas horas del inicio de la crisis. En el momento más delicado, mientras Rajoy se disfrazaba en Lanzarote de simple turista afectado y farfullaba en el mismo aeropuerto un críptico mensaje ¿político? ininteligible.
ResponderEliminarCierto es, aquí no desmiente nada ni Dios. Ni pide perdón. Al revés se trata de sostenerla y no enmendarla.
¿Recuerdas a Cospedal and cia culpando a la policia y a los jueces -y por supuesto a la legendaria capacidad del pérfido Rubalcaba para hurdir conspiraciones- de la flagrante corrupción de su partido en Valencia? Tesis no solo no desmentida -como en el lamentable caso del Sr. Zarrías- sino reiterada en la habitual modalidad propagandistica de una falsedad mil veces repetida parece una verdad. Y hasta se la creen los que la repiten.
La solución sería fácil: el que acusa sin pruebas, fuera del partido. Con ello todos se quedarían muy diezmados, pero a los de la gaviota pocos les iban a quedar dentro.
No deja de ser patético el espectáculo que la farándula política española nos ofrece consuetudinariamente siendo parecido independientemente del color que elijamos. Digamos que distintos actores para una misma comedia,... o melodrama,... o tragedia... No obstante, es paradógico cuán beneficioso resulta a algunos elementos perturbadores en este asunto "ir por la calle del medio", remar un poquito a la izquierda y un poquito a la derecha y un poquito, porque no, darle con el remo al compañero de la popa. Ciertamente se representa esto en la clase política, pero también en nuestro pequeño "microcosmos" caciquil y abyecto de una Galicia profunda cuya filosofía ancestral pervive en los lugares más insospechados. Y si en el poder ejecutivo unos no lo hacían muy bien, los otros no lo hacen mejor (pero se nota menos porque, saben, estamos "en crisis")y como buen demócrata de pro que uno es según reza el poeta: "Y el domingo vas y votas ciudadano, y a ti que no te hablen de política". En fin, una pena.
ResponderEliminarjlcastro, de nuevo bienvenido. creo que como tu que la politica está en horas bajas, ahora que tanto la necesitariamos... Sobre todo en Galicia para cambiar esos Habitos que comentas. Pero desde donde puede venir el cambio es desde abajo. Lo malo es que nuestro concepto de sociedad civil es muy raquitico y además al que plantea cosas nuevas e innovadoras, los demás por desconfianza o envidia le van rapido a la chepa. Galicia y el perro del hortelano. Como tu sabes bien. Saludos a la panda de Valdeorras
ResponderEliminarMe reitero en aquello de "tenemos lo que nos merecemos", pero unos más y otros menos (ha salido un pareado sin haberlo preparado...). Desde "abajo" resulta difícil hacer las cosas, especialmente cuando los de "arriba" apenas te dejan levantar cabeza y llega a mi pensamiento esa perla revolucionaria de "mejor morir de pie que vivir arrodilados". Los saludos son enviados.
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