miércoles, 12 de junio de 2013

La sobre-motivación en la política

"Entramos en política para servir a los ciudadanos", decían Rajoy y sus muchachos. Ahora sabemos que llevan décadas cobrando, por diferentes vías, suculentos sueldos, en el mejor de los casos procedentes del erario público - o sea de nuestros impuestos-. Sean legales o no, poco importa en el fondo. Se hayan declarado o no, poco importa en el fondo. Lo relevante es que los recibían y reciben sin el conocimiento ni la aprobación de los ciudadanos.
Así podemos entender mejor el cambio que Aznar impuso en el PP al inicio de los años noventa, la ferocidad con la que desde entonces sus cabezas visibles de primera, segunda y tercera línea emplean en el acoso al enemigo político, tanto en los periodos de gobierno como en los de oposición. Sueldos "totales" de más de 200.000 euros anuales, bien lo merecen. Sumas complejas de subsalarios del parlamento, del municipio, del partido, gastos de representación, compensaciones, finiquitos... "No hay sobresueldos generalizados como éstos" en las demás formaciones políticas. Este es el modelo de partido que los anteriores y los actuales responsables del PP tienen: regar bien los colmillos, al menos de los militantes más destacados, para que muerdan lo que haga falta. No creo que sea eso lo que democracia necesita. Y menos ahora, con el conocimiento y la innovación en paro, o en "movilidad exterior" -como ahora se llama al exilio económico- o en el mejor de los casos con sueldos pírricos... Milésimos si los comparamos a los que han cobrado y cobran estos prohombres de la patria, entregados con pasión bien retribuida a los argumentarios que llegan de la "cocina" de Génova.


No se necesitan sentencias alargadas en el tiempo, ni nuevos documentos o filtraciones judiciales. Lo que sabemos es suficiente para conocer este "modus operandi" del PP, esta generosa motivación para hacer política. Puede que legal en algunos casos pero del todo ilegítima. No son sólo Bárcenas o Gürtel (derivadas extremas y delictivas del operativo general), son Rajoy, Ana Mato, González Pons, Arenas - personajes que recorren transversalmente este avatar del partido-. Por vergüenza torera no podemos permitir que sigan un minuto más. ¡Qué vengan otros que acepten un sueldo único procedente del erario público (nada del partido) homologable a responsabilidades profesionales similares a las que ellos ostentan! Al nivel de un profesor, un científico, un médico... Un único sueldo público, transparente y definido por ley en el Parlamento del Estado. Poco vale que Cospedal deje sin sueldo a todos los diputados de Castilla La Mancha, si a los del PP los nutre por vía de complementos, "compensaciones" varias o gastos de representación del partido.
No puede haber compensaciones por dedicarse a la política. Es un acto voluntario que debe asumirse con todas las consecuencias. Como muchos lo han hecho en nuestra democracia durante años, sin que ahora nadie les nombre siquiera. Ni nadie sepa o quiera diferenciar ahora entre los que se dejaron y se dejan la piel y la familia para mejorar las cosas sin esperar nada especial a cambio, y los que reciben para ello una sobre-motivación. Han conseguido que funcione el simplismo y la irracionalidad con el "todos son iguales": la vieja táctica del "ventilador" que desdibuja las diferencias más evidentes entre unos y otros. Tan usada por la derecha cuando las cosas le van mal. Con buenos resultados siempre.

Por supuesto que ha habido y hay corrupción fuera del PP. También en el PSOE con múltiples corrupciones "chusqueras" y vergonzantes, merecedoras del mismo desprecio que las del resto de grupos políticos. Protagonizada por individuos o grupos concretos, distribuidos, eso sí, por toda la geografía del país. Pero no es una corrupción generalizada ni estructural como la del PP. El gran pecado de la izquierda, del que no se conoce aún una autocrítica sólida ni un claro propósito de enmienda, ha sido cultivar el amiguismo y el sucursalismo. En general con formulas "cutres". Desde luego sin el peligrosísimo guante blanco que los populares han destilado en la intimidad a lo largo de estos años. Y que al parecer les garantiza ahora la impunidad política y probablemente jurídica.

Por lo que conozco, ningún otro grupo político ha consolidado la falsaria estructura retributiva que tiene el partido de la derecha unida. Que además es el que hoy gobierna. Por lo que debe ser el primero en responder, asumiendo su flagrante responsabilidad política con las dimisiones que hagan falta. Y son muchas. El paso del tiempo y la maraña judicial no puede, como pretenden, redimirles sin coste político alguno. No podemos consentirlo. El silencio que hoy nos inunda y amenaza con consolidarse, no es tolerable por una sociedad que se presume ética y democrática. De todos modos, como Albert Pla afirmó en su reciente paso por Ourense: "hoy en día puedes decirlo todo, pero no sirve para nada".

2 comentarios:

  1. Ante todo lo que está ocurriendo, el pueblo español contempla atónito e indignado la vulnerabilidad de la ley, de la ética, de la decencia moral.
    La perplejidad de la ciudadanía va en aumento a medida que se van conociendo más noticias, y no hay nada que explique lo inexplicable.
    El panorama es desolador y es cierto lo que dice Albert Pla, pero, en estos momentos, callarse sería una irresponsabilidad imperdonable.

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  2. Cada día que pasa es más palmaria la impunidad. Sólo hay que ver la respuesta del Fiscal Anticorrupción a la demanda de las acusaciones para que Aznar declare sobre los sobresueldos. A pesar de que varios de los interrogados lo han señalado como el que dió la orden de institucionalizarlos, la fiscalía dice que no ha lugar y el Juez Ruz a la vista de lo ocurrido con otros jueces que no han estado de acuerdo con la fiscalía (ver casos Noos y Blesa), hará caso y no le llamrá. Por si acaso la Fiscalía ya advierte: en todo caso el asunto está prescrito. Ya puedan aparecer regalos de relojes de Correa a Pio, Gallardón... La impunidad ya tiene maraca registarda en el caso Sobresueldos-Correa-Gürtel

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