viernes, 4 de febrero de 2011
Las barbas del vecino
Primero fue la inmolación de un modesto vendedor de frutas. La noticia en Facebook empujó a las calles a millones de tunecinos, desatando un huracán de ira que ya ha alcanzado Egipto y llegará en poco tiempo a Jordania, Yemen… Puede que también a Marruecos, Siria, Argelia… ¿Quizás incluso a las petromonarquías del Golfo? El desenlace inmediato de estos días de revolución es hoy imprevisible, pero ya nada será igual que antes de la muerte de Mohamed Buazizi.
Son paises distintos, pero el paisaje tiende a repetirse. Al principio de la revuelta están los jóvenes internautas. Luego llegan todos los demás: intelectuales y analfabetos, islamistas, mujeres con o sin hiyab, opositores largo tiempo escondidos, comerciantes… Una heterogénea constelación con un nexo comun: el hartazgo ante la pobreza y el subdesarrollo frente el enriquecimiento desaforado de la minoria dominante. Con el beneplácito de Occidente, obsesionado por la seguridad y el equilibrio geoestratégico. En suma, autocracia y complejidad cultural sin liderazgos sociales que trasciendan los clásicos poderes fácticos: el ejército y la religión.
Durante años, los gastos armamentísticos y la corrupción han sepultado las posibilidades de progreso económico y empobrecido el sistema educativo de estos estados "recien" descolonizados. El adoctrinamiento panarabista de los setenta y ochenta dió paso en los noventa a la islamización de una enseñanza abandonada por los poderes públicos. Por eso, ahora, la alternativa de poder a los sátrapas salientes parece estar en las organizaciones islamistas que llevan tiempo tejiendo redes sociales, dirigidas sobre todo al apoyo de los más desfavorecidos. A cambio de transmitir su teocrático mensaje. Como en otro tiempo hicieron nuestros misioneros en América y África.
Ocurra lo que ocurra estos días, a corto o medio plazo, los islamistas tienen todas las de ganar. No hay en estos paises tradición ni oposición política laica organizada, más allá de personalidades internacionales aisladas no demasiado aceptadas en sus pueblos de origen. Que nadie se lleve a engaño. La mayoría de los manifestantes que hoy llenan las calles de El Cairo pidiendo libertad, no creen en la igualdad de la mujer ni en algunas otras habituales señas de identidad de las democracias occidentales. Necesitan tiempo, educación plural y tolerancia para construir su propio camino. No es imprescindible la reproducción automática en esas latitudes de nuestro modelo de convivencia. El suyo puede ser distinto. Y su ritmo, diferente.
En todo caso, nada sería peor que la derrota y la desesperanza de millones de personas pidiendo un cambio para abrir el futuro. Abocaría inevitablemente a más fanatismo y más violencia. Occidente tiene, por tanto, que apostar sin miedo por su emancipación. Aunque de entrada coloque en el poder a las organizaciones islamistas. La seguridad ofrecida durante décadas por aliados corruptos como Mubarak o los reyes de Arabía Saudí o Marruecos, ha condenado a sus pueblos a la pobreza y a la ignorancia. Ya es tiempo de confiar en los ciudadanos del Norte de Africa y el Oriente Medio, liberados por fin del lastre de sus oligarquías. Se lo han ganado a pulso. Aunque puedan equivocarse. Esa es la esencia de la democracia que tanto predicamos.
Además, la pulsión de bienestar, paz y prosperidad que estos días ha estallado es el mejor antídoto frente al radicalismo. El islamismo moderado y democrático de Erdogan en Turquía puede ser un buen ejemplo a seguir. De los horrores y los errores del pasado también se puede aprender. Así se construye la historia. A veces, simplemente viendo en Internet pelar las barbas de los vecinos.
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"Las ideas son como las pulgas, saltan de unos aB otros, pero no pican a todos" G. B. Shaw
ResponderEliminarSin duda lo de Erdogan tiene mérito. Mucho más sino fuera porque en su moderación me parece que algo tiene que ver el ruido de sables de fondo.
ResponderEliminarY totalmente de acuerdo con que una sociedad necesita tiempo para construir el camino propio; y con que su ritmo y su modelo de convivencia pueden ser distintos a los nuestros. Mientras avanzan a su ritmo, en su camino, sus valores cambiarán. Pero los nuestros también.
Cada país es distinto y cada generación aporta algo. Bueno o malo.
En todo caso, la influencia - ¡la presión! - internacional en favor de los derechos humanos en aquellos países con escasa cultura democrática es importante. Muy importante.
Por ejemplo, pasado mañana se cumplen 40 años que a las mujeres se les concedió el derecho a votar... en Suiza. Y no fue por arrepentimiento espontáneo.
Un saludo.
PD: Mientras a Cuba la bloqueamos, a China les encargamos unos JJOO de flipar. Claro, en China, al igual que en la Argentina de 1978, los humanos están muy derechos...
Sólo que a veces decimos esto y acto seguido les hacemos entrega de una hoja de ruta "recomendada" mientras sacamos a pasear la sexta flota como quien no quiere la cosa. Vamos que, camino el que queráis, pero el destino es este.
Juas, juas, en mi anterior comentario se me ha colado el último párrafo.. ¡que zoquete soy!...
ResponderEliminarNo se te ha colado, la has colado, amigo. Con toda la buena y justa intención. Claro que el ruido de sables ha influido e influye en Turquia. Todo el libro "Nieve" de Pamuk describe el tremendo choque de militares, islamistas, izquierdistas, separatistas kurdos y nacionalistas de Ataturk (el heraldo que luego trajo a Naser, Buteflika...).
ResponderEliminarMuy bueno lo de las pulgas y Bernard Shaw.
Irenarca
ResponderEliminarEn el imperio romano se designaba con este cargo al magistrado encargado de velar por la paz y tranquilidad del pueblo, especialmente en Asia y Egipto. O sea una especie de pacificador.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos construyó una flota de bombarderos estratégicos con armamento nuclear, los B-36, también conocidos como "Peacemaker" o "Pacificadores" y que fueron los precursores de los famosos B-52.
No creo que al Sacro Imperio Americano le queden muchas ganas de sacar de paseo a sus "pacificadores" después de los éxitos cosechados en Afganistán o Irak.
Jo, Chechu, te han censurado el artículo... No se ve nada... ¿Sospechas de alguien? ¿Agentes pro-mubarak? ¿Los curas? ¿Tu pareja de mus que te pide más concentración? ¿O es el virus "blogandés errante"? S2
ResponderEliminarAnda caprichoso blogger estos días....
ResponderEliminarJCarlos, hemos vencido la censura de blogger. Como los egipcios estan a punto de hacer caer a Mubarak. Glorioso día para la salida del Irenarca de los yanquis en Oriente próximo.
ResponderEliminarDe gatos, faraones y revoluciones.
ResponderEliminarEl pueblo egipcio ha derribado y ahuyentado a su faraón.
Quizás porque en vez de faraón, era en realidad sólo una momia.
La revolución ha triunfado ¡viva la Revolución!
Pero…
Tu frase “No hay en estos países tradición ni oposición política laica organizada, más allá de personalidades internacionales aisladas no demasiado aceptadas en sus pueblos de origen” me hace recordar que si los países del orbe occidental estamos en donde estamos es porque tenemos encima (con su coste de dolor y sangre) un siglo de revoluciones liberales y burguesas (siglo XIX) y un siglo de revoluciones proletarias y nacionalistas, salpimentadas con guerras mundiales y civiles. ¿Podrán evitarse este acervo y saltar directamente a una Democracia Feliz? ¿Podrán hacerlo sin tutelaje? Y si no lo hacen solos ¿cuál es el peaje que deberán pagar?
El pueblo egipcio es amante de los gatos, siendo Bastet (la diosa gata) una de las divinidades protectoras del antiguo Egipto. Pues bien, hablando de gatos permitidme traer a colación al más pardo de todos: El Gatopardo.
La novela de Lampedussa toma su nombre en realidad no de un gato, sino de un leopardo muy parecido a un gato, el leopardo jaspeado. Este animal figura en el blasón de la familia Salinas, aristócratas italianos cuyas vidas se desarrollan en la Italia revolucionaria de Garibaldi. Uno de los personajes, Tancredi, sobrino del príncipe Fabriccio (el personaje que vertebra toda la novela) se une a la revolución en contra del rey Francisco I y cuando se lo anuncia a su tío, pronuncia una de esas frases lapidarias que llegan a convertirse en lemas:
“El príncipe tuvo una de sus acostumbradas visiones repentinas; una escena cruel de guerrillas, descargas de fusilería en el bosque, y su Tancredi por los suelos, con las tripas fuera como el desgraciado soldado.
—Estás loco, hijo mío. ¡Ir a mezclarte con esa gente! Son todos unos hampones y unos tramposos. Un Falconeri debe estar a nuestro lado, por el rey.
Los ojos volvieron a sonreír.
—Por el rey, es verdad, pero ¿por qué rey?
El muchacho tuvo uno de sus accesos de seriedad que lo hacían impenetrable y querido.
—Si allí no estamos también nosotros — añadió —, ésos te endilgan la república. Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie. ¿Me explico?"
"El Gatopardo" G. T. de Lampedusso
Esperemos que a esta revolución no le den leopardo por gato.
Todo es complejo. Nada es sólo lo que parece, sin embargo tambien es lo que parece. Incluso en la actual revolución egipcia. Ellos tienen su propio acervo: la descolonización, la guerra contra Israel, el olvido del mundo por la causa palestina, las afrentas de occidente, la religión como la unica respuesta politica durante los años de oligarquia... Con esos mimbres y con la historia comparada que nosotros reflejamos haran su democracia. No creo que demasiado feliz.
ResponderEliminarPero me temo que Lampedusa volverá a tener razón. El ejercito egipcio y EEUU están con el pueblo para que nada cambie. La tutela de los tanques ha estado en la plaza desde el primer momento. Ellos siguen siendo los que mandan y todos incluidos los Hermanos Musulmanes tendrán que adaptarse y no pasar la raya. Igual que en Turquia. No serán libres hasta que sea posible (o sea cuando el conflicto arabe- israelí finalice, Irán caiga, etc...) O sea nunca.
Un chiste malo. Chat el Arab es además de un gato musulman en francés, el río que forman en su confluencia el Tigris y el Eufrates al paso por Basora y un Criadero de gatos exoticos dependiente de la Asociación Felina Argentina (sólo ellos podían ser)de gran exito en su país.
Otra de gatos revolucionarios (o revolucionados).
ResponderEliminarEl capítulo titulado “El clan de los gatos” de “El bosque animado” (W.F. Florez)
El gato Morriña abandona el pazo de los señores D´Abondo para explorar el Bosque y se encuentra con una banda de gatos emancipados, organizados y revenidos a panteras, cuyo objetivo es comerse a un buey.
Transcribo el encuentro:
“Son gatos como yo”, notó perfectamente Morriña, y los saludó con un largo maullido de abundantes modulaciones.
-Bien- gruñó a su lado el que antes le había reconocido, deja esas serenatas de tejado para otra ocasión. Estás en el clan de los Gatos Libres.
[…] Y explicó. Los Gatos Libres habían reflexionado mucho acerca de su condición. Era verdad que existían gatos depauperados que se avenían a llevar un lazo y hasta un cascabel: pero verdaderamente un gato no se deja domesticar como un caballo o un perro. El gato es una fiera: esta es la realidad. Una fiera emparentada con el tigre y el león. El clan de los Gatos Libres se preocupaba de restituir y cultivar esa fiereza, de devolver al gato a su natural condición.
-Hemos dejado de ser gatos. La sola palabra “gato” es un insulto entre nosotros.
-¿Qué somos, pues?- preguntó Morriña.
- Panteritas…, panteras peso pluma- respondió gravemente su maestro. Cuida en lo sucesivo de portarte como tal.
El fin(al) de la historia es gatopardiano.
Adivinanza:
ResponderEliminar¿Quién es el famoso gato musical que vió la luz del Islam?
an di oscar gous tu...
ResponderEliminarEl gato Stevens.
ResponderEliminarCat Stevens, un heredero del "Flower Power", vió la luz del islam pasándo a llamarse Yusuf Islam.
Un vídeo del 73 con el "Morning Has Broken"
http://www.youtube.com/watch?v=1TWd3skb-Rw
Seré cat eto. No caía. ¿Qué curioso lo de los gatos, siempre nos llevan a Oriente: el gato persa, los gatos siameses, el gato de Angora...!por no hablar de los proverbios chinos sobre gatos: gato negro, gato blanco da lo mismo, lo importante es que que caze ratones... O aquello de gato con guantes no caza..
ResponderEliminar¡Y el gato encerrado de esta revolución!, ¿dónde está?