Todo ha ido tan rápido en las últimas semanas que conviene poner sobre el papel algunas opiniones relevantes y algunos enfoques publicados en los medios que aportan nuevos elementos para analizar los dos temas que se han cruzado, seguramente no de forma casual: el movimiento del 15M y las Plazas y el resultado electoral de municipales y autonómicas.
Uniendo ambas cuestiones, destaca una excelente carta al director de El País el jueves 26 que aboga por “La refundación del PSOE” : “el partido debe abrirse a la sociedad, captar nueva militancia y trasladar los debates de las plazas al seno de las agrupaciones socialistas”. Añade después que “no sólo la empresa privada necesita captar el talento, la izquierda también lo necesita”. La realidad es que los nuevos dirigentes del país se encuentran en las aulas de la universidad y en las plazas de Mayo. Allí es donde pueden recuperarse los valores que el socialismo siempre ha defendido: la justicia social, el progreso y el compromiso con los más desfavorecidos. Lentamente, pero ya algunos políticos de izquierda (BNG, PSdG, IU…) se están acercando al movimiento.
En un video que circula por Internet, José Luis Sampedro sostiene que el capitalismo está en su decadencia y que tarde o temprano será sustituido por otro modelo económico y social. Es difícil saber lo que vendrá, pero será mejor. Y entiende al Movimiento del 15M y sus derivadas como un grano de arena para empujar el cambio. Denuncia a los medios de comunicación como un instrumento de dominación del poder económico mundial: "generan, sobre todo a través de la televisión, una opinión mediática y manipulada; no una opinión pública propiamente dicha."
Y entra en el meollo de la cuestión: la progresiva subordinación del poder político al financiero.
Santiago Carrillo –de nuevo otro lúcido veterano- se pregunta: “¿Quién le pone el cascabel al gato? Y se remite al historiador Santos Juliá: “los gobiernos no son ya depositarios de la soberanía nacional, sino meros ejecutivos de los centros de poder financiero que han sucumbido ante las exigencias de los llamados mercados”. Yo añadiría con la imprescindible mediación de la Unión Monetaria Europea y su actual correlación de fuerzas política e ideológica. Carrillo plantea finalmente: “hay que asumir el papel de Viejo Topo de hoy. Estamos ante un cambio de época que exige la entrada en liza de fuerzas intelectuales más dotadas para ello que los políticos de a diario y exige una alianza de los dos sectores más creativos de la sociedad, las de la cultura y el trabajo”. ¿Cómo darles esa palabra y esa fuerza? Ese es el desafío que han planteado las Plazas de Mayo.
Algunos movimientos, muy tímidos eso sí, de control del poder financiero ya se están iniciando. “Nueva York investiga a Goldman Sachs por engañar a sus clientes”. Aunque todavía, como se denuncia en “Inside job”, nadie ha pagado aún por el desastre mundial que provocó la insaciable avaricia de quienes inflaron las burbujas para su propio beneficio sin preocuparse de las terribles consecuencias que sabían podían ocurrir. Incluidos los prestigiosos profesores de Economía de las Universidades norteamericanas. También en España, “el gobierno pone límites al sueldo de los banqueros”. Tímidamente, repito, pero para algo parece haber servido el grito de los "indignados".
Y en todo caso como argumenta Diego López Garrido en “Política y mercado: la ruptura”, “los instrumentos políticos que poseemos son de naturaleza nacional y los fenómenos que han rodeado la crisis son supranacionales”. ¿Dónde queda la propuesta de los eurobonos como la mejor solución a la crisis de las deudas soberanas? ¿Nos creemos a la Unión Europea o no nos la creemos? Tengo la sensación de que la respuesta es negativa.
¿Por qué han sido necesarios tantos años para rescatar la Tasa Tobin sobre las Transacciones Financieras que propugnaba ATTAC y los movimientos antiglobalización de los noventa? ¡Cuanta razón tenía mi amigo Juan Hernández Vigueras clamando en el desierto sobre el creciente e incontrolado poder de la industria financiera, sobre los paraisos fiscales…! ¡Qué bien entiendo ahora su actual decepción con los partidos de izquierda!
Muy interesante y cargada de fuerza moral es la mirada de Antonio Muñoz Molina a las particularidades de la crisis en nuestro país: “he pensado desde hace muchos años, y lo he escrito de vez en cuando, que España vivía en un estado de irrealidad parcial, incluso de delirio, sobre todo en la esfera pública, pero no solo en ella. Un delirio inducido por la clase política, alimentado por los medios, consentido por la ciudadanía, que aceptaba sin mucha dificultad la irrelevancia a cambio del halago, casi siempre de tipo identitario o festivo, o una mezcla de los dos. La broma empezó en los ochenta, cuando de la noche a la mañana nos hicimos modernos y amnésicos”. Clarísima su tesis del poder destructivo del “ser de” (de España, de Cataluña, de mi pueblo, del Madrid, del Barça, de derechas, de izquierdas…) y la patente de corso que ello proporciona. De esos profundos lodos, estos dolorosos barros en los que ahora hemos caido de golpe, de bruces.
Y para acabar, de nuevo la esperanza del Movimiento de Mayo y su potencial transformador. Del que tanto se ha escrito e interpretado. Leed por ejemplo la comparación de Nigel Townson, profesor de la Complutense, entre una revuelta reformista y pacifica como la actual frente a otra revolucionaria y no exenta de violencia como la de entonces: “El 15-M, ¿un nuevo Mayo de 1968?
Uniendo ambas cuestiones, destaca una excelente carta al director de El País el jueves 26 que aboga por “La refundación del PSOE” : “el partido debe abrirse a la sociedad, captar nueva militancia y trasladar los debates de las plazas al seno de las agrupaciones socialistas”. Añade después que “no sólo la empresa privada necesita captar el talento, la izquierda también lo necesita”. La realidad es que los nuevos dirigentes del país se encuentran en las aulas de la universidad y en las plazas de Mayo. Allí es donde pueden recuperarse los valores que el socialismo siempre ha defendido: la justicia social, el progreso y el compromiso con los más desfavorecidos. Lentamente, pero ya algunos políticos de izquierda (BNG, PSdG, IU…) se están acercando al movimiento.
En un video que circula por Internet, José Luis Sampedro sostiene que el capitalismo está en su decadencia y que tarde o temprano será sustituido por otro modelo económico y social. Es difícil saber lo que vendrá, pero será mejor. Y entiende al Movimiento del 15M y sus derivadas como un grano de arena para empujar el cambio. Denuncia a los medios de comunicación como un instrumento de dominación del poder económico mundial: "generan, sobre todo a través de la televisión, una opinión mediática y manipulada; no una opinión pública propiamente dicha."
Y entra en el meollo de la cuestión: la progresiva subordinación del poder político al financiero.
Santiago Carrillo –de nuevo otro lúcido veterano- se pregunta: “¿Quién le pone el cascabel al gato? Y se remite al historiador Santos Juliá: “los gobiernos no son ya depositarios de la soberanía nacional, sino meros ejecutivos de los centros de poder financiero que han sucumbido ante las exigencias de los llamados mercados”. Yo añadiría con la imprescindible mediación de la Unión Monetaria Europea y su actual correlación de fuerzas política e ideológica. Carrillo plantea finalmente: “hay que asumir el papel de Viejo Topo de hoy. Estamos ante un cambio de época que exige la entrada en liza de fuerzas intelectuales más dotadas para ello que los políticos de a diario y exige una alianza de los dos sectores más creativos de la sociedad, las de la cultura y el trabajo”. ¿Cómo darles esa palabra y esa fuerza? Ese es el desafío que han planteado las Plazas de Mayo.
Algunos movimientos, muy tímidos eso sí, de control del poder financiero ya se están iniciando. “Nueva York investiga a Goldman Sachs por engañar a sus clientes”. Aunque todavía, como se denuncia en “Inside job”, nadie ha pagado aún por el desastre mundial que provocó la insaciable avaricia de quienes inflaron las burbujas para su propio beneficio sin preocuparse de las terribles consecuencias que sabían podían ocurrir. Incluidos los prestigiosos profesores de Economía de las Universidades norteamericanas. También en España, “el gobierno pone límites al sueldo de los banqueros”. Tímidamente, repito, pero para algo parece haber servido el grito de los "indignados".
Y en todo caso como argumenta Diego López Garrido en “Política y mercado: la ruptura”, “los instrumentos políticos que poseemos son de naturaleza nacional y los fenómenos que han rodeado la crisis son supranacionales”. ¿Dónde queda la propuesta de los eurobonos como la mejor solución a la crisis de las deudas soberanas? ¿Nos creemos a la Unión Europea o no nos la creemos? Tengo la sensación de que la respuesta es negativa.
¿Por qué han sido necesarios tantos años para rescatar la Tasa Tobin sobre las Transacciones Financieras que propugnaba ATTAC y los movimientos antiglobalización de los noventa? ¡Cuanta razón tenía mi amigo Juan Hernández Vigueras clamando en el desierto sobre el creciente e incontrolado poder de la industria financiera, sobre los paraisos fiscales…! ¡Qué bien entiendo ahora su actual decepción con los partidos de izquierda!
Muy interesante y cargada de fuerza moral es la mirada de Antonio Muñoz Molina a las particularidades de la crisis en nuestro país: “he pensado desde hace muchos años, y lo he escrito de vez en cuando, que España vivía en un estado de irrealidad parcial, incluso de delirio, sobre todo en la esfera pública, pero no solo en ella. Un delirio inducido por la clase política, alimentado por los medios, consentido por la ciudadanía, que aceptaba sin mucha dificultad la irrelevancia a cambio del halago, casi siempre de tipo identitario o festivo, o una mezcla de los dos. La broma empezó en los ochenta, cuando de la noche a la mañana nos hicimos modernos y amnésicos”. Clarísima su tesis del poder destructivo del “ser de” (de España, de Cataluña, de mi pueblo, del Madrid, del Barça, de derechas, de izquierdas…) y la patente de corso que ello proporciona. De esos profundos lodos, estos dolorosos barros en los que ahora hemos caido de golpe, de bruces.
Y para acabar, de nuevo la esperanza del Movimiento de Mayo y su potencial transformador. Del que tanto se ha escrito e interpretado. Leed por ejemplo la comparación de Nigel Townson, profesor de la Complutense, entre una revuelta reformista y pacifica como la actual frente a otra revolucionaria y no exenta de violencia como la de entonces: “El 15-M, ¿un nuevo Mayo de 1968?
O todavía mucho más original, la columna de Vicente Verdú, con la sagacidad y la brillantez que le caracterizan, en “El movimiento del movimiento”: “todas las críticas que se hagan al 15M censurando sus ideas flou, carecen de pertinencia. Son señal de que no se ha entendido nada, no sólo de este interesante movimiento, sino del actual movimiento del mundo”. “Lo caracteristico del sistema naciente no serán los líderes políticos ni los programas demasiado escritos”. “Saber con precisión lo que se quiere es, cabalmente, un factor propio de los viejos tiempos”. Ahí es nada. Material diverso para pensar, hablar y debatir… Para eso está la Red.
Para solucionar los problemas teóricos de la Democracia Real, vayamos por partes y empecemos por uno de tantos ejemplos prácticos: el problema energético, con el que José Luis Sampedro también estaría de acuerdo. Os recomiendo este artículo de Javier García Breva: http://www.energias-renovables.com/energias/renovables/index/pag/perfil/colleft//colright/perfil/tip/articulo/pagant/perfil/pagid/15727/botid/33/
ResponderEliminarReferendum energético ya!!!!
Hola Chechu ¡
ResponderEliminarantes de nada un aperta enorme.
Estoy muy de acuerdo contigo. También en que la revuelta debe ser global porque el problema es global pero hay que empezar por algo, por poco, quizá, e ir avanzando. Ya me parece grande lo que los jóvenes han hecho y están haciendo cuando dábamos por perdida esta generación, cuando se criticaba su inmovilismo, pasotismo y capacidad de adaptación. Cuando los profesionales analizaban como patológico ese dejarse hacer ¿no querían crecer? ¿no querían asumir responsabilidades? ..... pues ahí los tenemos exigiendo sus derechos para poder cumplir sus obligaciones. Informados, disciplinados, respetuosos ....
Creo que como poco, los políticos deberían mirar con detenimiento, escuchar y plantearse un cambio.
Yo me siento renacer en algunos aspectos con esto, y quiero estar aquí y vivirlo .
Un bico, mas grande esta vez.
Un beso Rosa. Como en todo hay matices. Hoy he pasado por la Plaza Mayor cuando acababa la toma de posesión del nuevo Concello y no estoy de acuerdo con la consigna de descalificación sistematica de lo politico. Serían correctas las pitadas/ caceroladas si en determinado concello hubiera electos imputados en casos de corrección... Pero no en café amargo para todos por igual porque no son iguales. Es más en el caso de Ourense algunos de los presentes (mayoritariamente) en la concentración de boicot al acto pertenecen a partidos que se presentaron a las elecciones (IU...) y que no lograron representación. ¿Mantendrían la actutid si lo hubieran logrado? ¿No hay un cierto tacticismo en ese rechazo global a la politica?
ResponderEliminarLa representación politica ha hecho mucho por mejorar la vida de nuestros paises y debe seguir haciendolo. No hay otro modo, es el menos malo. Ahora bien de unas decadas a esta parte los politicos y el resto de los ciudadanos estamos presos del dictat de la industria financiera y del orden mundial que han construido. Eso es lo que hay que cambiar. Por eso estoy muy de acuerdo y promocionare en lo que puede la manifestación del 19 convocada por Democracia Real contra el pacto del euro, una nueva vuelta de tuerca a favor de la banca de inversión alemana y francesa que adelgazara aun más nuestro estado del bienestar. Hay que exigir a nuestros representantes que otra politica es posible en Europa y que ya es hora de SU REBELIÓN contra ese orden único que los secuestra.
Hay de todo en el movimiento. Superinteresante, Carlos el tema de las renovables. Otra línea imprescindible que obliga a los indignados a cambiar SU estilo de vida. Todos somos responsables de lo malo y lo bueno. No toda la culpa es de los polticos. Sería demasiado fácil.
no es "de corrección" es de Corrupción
ResponderEliminarUn buen ejemplo del error de la simplificación que tan bien le viene a la derecha (porque a ella no le perjudica electoralmente) son los gritos de un indignado ayer en Valencia a Joan Lerma, un político socialista de intachable reputación ética: ¡Sois todos iguales! No es verdad. Es una simplificación que ofende a la inteligencia. No son iguales los bomberos, los profesores, los médicos... Tampoco los politicos. Podemos rechazar la deriva que la politica en su conjunto tiene. pero no se puede ser injusto con las personas...
ResponderEliminar¡Qué bien ha ejecutado el PP su estrategia de "tinta de calamar"! ¡Qué bien le ha salido! ¡Y que mal la ha contrarestado la izquierda! Pero ojo, el descredito simplista de la politica lleva a Berlusconi o a Jesús Gil. O a Camps sin ir más lejos. Salvo que el 15M encuentre una solución alternativa de sistema, lo que no parece vislumbrarse.