domingo, 5 de diciembre de 2010

Un buen final

España es, desde hace tiempo, uno de los líderes mundiales en cuanto a la expectativa de vida de sus habitantes. Son muchos los factores que han hecho posible este buen logro colectivo: el crecimiento socioeconómico, la mejora de las comunicaciones, el gran desarrollo de la salud pública… Y, por supuesto, los avances médicos: cobertura universal y gratuita, nuevas tecnologías, nuevos fármacos… Vivimos más y, con ello, la muerte se ha hecho más compleja. Las potentes armas terapéuticas de las que disponemos consiguen alargar la vida de las personas. En muchos casos, para disfrutar los últimos años en buenas condiciones. Pero en otros, soportando una gran merma en la calidad de la existencia.
Por eso es importante debatir abiertamente sobre la dignidad de la muerte y plasmarlo en iniciativas legislativas que garanticen los derechos de pacientes, profesionales y familias. La Comunidad de Andalucía, estimulada por el impacto del caso de Inmaculada Echevarría -la mujer que sufrió un largo proceso para conseguir ser desconectada del respirador que la mantenía con vida a su pesar-, aprobó hace unos meses, con el máximo respaldo social y político, una ley al respecto. El gobierno español ha anunciado otra, de rango estatal y en la misma línea, para Marzo del próximo año.
Ninguna de las dos entra en cuestiones más espinosas, como la eutanasia o el suicidio asistido. Ninguna de las dos introduce novedades sustanciales. La sedación terminal y el derecho a rechazar tratamientos no deseados ya están recogidos en la Ley de Autonomía del Paciente, vigente desde el 2002, y no ofrecen discusión en la buena práctica médica. Ahora bien, ambas leyes pueden servir para aclarar y ordenar conceptos y procedimientos que a veces se confunden, dándoles cobertura jurídica y evitando conflictos como los vividos en el Hospital de Leganés. Bienvenidas sean, por tanto.
Pero la realidad es que la búsqueda de un buen final para una buena vida tiene lugar en escenarios más íntimos, con los matices y la complejidad del caso individual. Donde es básico escuchar y ser escuchado. Un reciente estudio de la Universidad de Granada sobre la forma de afrontar los cuidados paliativos por profesionales, familias y pacientes, muestra abundantes lagunas conceptuales en cuanto a su puesta en práctica. En general, no existen dudas sobre los enfermos con cáncer terminal en los que el objetivo fundamental está claro: evitar el sufrimiento, y, en su momento, acortar la agonía con sedación y analgesia. Pero no sólo se sufre por cáncer al final de la vida. Muchas condiciones crónicas, avanzadas e irreversibles convierten los últimos meses en un calvario sin aparente sentido. En una batalla condenada de antemano al fracaso. Y es precisamente en estos casos donde el estudio demuestra que demasiadas veces reina el silencio. Donde la aplicación del protocolo y la rutina terapéutica alivian de los compromisos éticos. Donde la tecnología en ocasiones retrasa la toma de decisiones compartidas sobre la buena muerte. Tal como cada persona la entiende. Incluyendo el inalienable derecho a delimitar las rayas rojas que no se quieren atravesar.
Y es en estos territorios, a día de hoy fronterizos, donde más importante es que pacientes, familias y médicos, hablen sin prisa ni prejuicios del beneficio real del esfuerzo terapéutico a desarrollar. Sobre todo, cuando no va a servir para recuperar la calidad de una vida en precario.
Por todo esto, para que los avances del conocimiento médico se complementen con la opción de no utilizarlos en determinadas situaciones, las leyes razonables, la palabra y la empatía deben vencer al silencio y al miedo.
El autor agradece la lectura complementaria al artículo del primer comentario a esta Entrada, que también es suyo. Para aclarar el contexto e introducir algún importante matiz

22 comentarios:

  1. El artículo fue publicado en La Región hace 4 días. En la sección de Opinión general. Por eso va dirigido a los lectores potenciales y quiere enfatizar sobre la realidad de cada día: la multitud de pacientes con enfermedades crónicas e irreversibles que deterioran enormemente su calidad de vida en los últimos meses casi sin salir del hospital. Que no tienen cáncer avanzado pero que su expectativa vital es similar. En general, en los hospitales se les trata como pacientes agudos, se les aplica el protocolo, la rutina terapéutica... Y en cuanto se pasa el bache, le toca gestionar el problema a otro profesional con el que tampoco se habla. Y cuando llega la siguiente agudización, de nuevo al hospital no sea que el abuelo se nos muera en la residencia, que el vecino diga que lo dejamos morir en casa como a un perro... Por eso cada vez más pinchazos, más sueros, más sondas sin reflexionar cuando toca parar, cuando conviene hablar y decidir conjuntamente que hacer o que no hacer en vez de poner automáticamente el siguiente antibiótico o pedir la analítica o el TAC para que el siguiente profesional tampoco piense o decida nada distinto a "lo habitual"...
    Este problema es menos atractivo intelectualmente que el del suicidio asistido o la eutanasia, pero mucho más importante cuantitativamente, por eso lo traigo a colación.
    Por supuesto que estoy de acuerdo con despenalizar el suicidio asistido y la eutanasia. Pero sin olvidar el caso común, el del día a día en una sociedad cada vez más envejecida como la nuestra. Ahí también hay un gran problema del que apenas se habla.
    En todo caso me parece admirable el trabajo de Derecho a Morir Dignamente. Al respecto, hoy mismo, la entrevista de Juanjo Millás a Carlos Santos, unas horas antes de su suicidio asistido por la asociación DMD.
    http://www.elpais.com/articulo/portada/minutos/Dejas/respirar/fuera/elpepusoceps/20101205elpepspor_9/Tes
    Y el reportaje sobre los Cuidados Paliativos y la opción domiciliaria:
    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Quiero/morir/casa/Puedo/elpepisoc/20101203elpepisoc_1/Tes

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  2. Claro que apenas se habla de los miles de ancianos que viven en la más absoluta soledad, (como era esa frase de no sé quién que sabe mi amigo Soutolongo,"En ningún sitio preguntan por tí", él la dice en gallego mejor que yo)¿a quién le importa esa gente?Hay que cuidarlos,eso cansa,no tenemos tiempo,los viejos no le gustan a nadie...Si la familia piensa así,no todas por supuesto,qué pasará con ellos.Aparecen muertos,algunos llevan días e incluso meses,EN NINGURES PREGUNTAN POR TI ,ahora me he acordado.Se debate sobre el aborto,la eutanasia,qué se yo pero lo que tenemos delante de nuestros ojos no nos interesa,debatir es divertido,arrimar el hombro no lo es.¿De qué material tan duro estaremos hechos para poder vivir con esto?

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  3. Es así, amiga Maraud. Nadie duda en gastar millones en infraestructuras esplendorosas, en publicidades masivas y glamourosas, en fármacos carísimos que alargan la vida apenas dos meses pero engruesan la cuenta de resultados de la gran empresa farmecéutica... Todos protestan cuando la consulta -tantas veces inútil y producto más de un malestar existencial que de una necesidad asistencial- pero nadie se acuerda de los abandonados, de los viejos que como tu dices, no le gustan a nadie (en ningures preguntan por ti). Hasta que toque decir la verdad con un puñetazo en la mesa. Quizás se acabe algún día esta triste hipocresía. Un besazo.

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  4. Adjunto comunicado de DMD a raíz del reportaje de Millás sobre el suicidio de Carlos Santos, en El País Semanal al que hice referencia arriba.

    La Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente (AFDMD) quiere comunicar a la opinión pública:
    Nuestro reconocimiento y respeto a Carlos Santos Velicia, miembro de nuestra asociación, quien con toda lucidez y determinación, asumiendo el control pleno de su vida, decidió el cómo y el cuándo de su final.

    Nuestra gratitud por haber querido que su muerte sirviese para avanzar en el reconocimiento de la eutanasia y el suicidio médicamente asistido como derechos de las personas. Su acción es una interpelación directa a quienes tienen poder para modificar las leyes.

    Nuestro agradecimiento también, a Juan José Millás por el valor demostrado en su trabajo. Por haber sido capaz de no mirar para otro lado ante la firme determinación de morir de otro ser humano y haberse acercado a él humanitariamente. Agradecimiento que hacemos extensible al diario El País por su clara y permanente toma de partido a favor del reconocimiento de “los derechos de salida”.

    Queremos insistir ante la opinión pública, una vez más, en que sólo desde posiciones religiosas o desde visiones morales no exigibles al conjunto de la ciudadanía, puede considerarse que la vida es una obligación y no un derecho. Para nuestra asociación - y para la mayor parte de la población, según las encuestas de opinión publicadas - la dignidad personal está unida indisolublemente a su libertad. No hay vida digna sin un final digno, que no será posible mientras las decisiones fundamentales estén en manos de otros.

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  5. Sigue así:

    Nuestra asociación, dentro del más estricto cumplimiento de la ley, mantiene el compromiso humanitario con sus socios del acompañamiento en su final, libremente decidido, si éste es su deseo. Jamás induciremos a ninguna persona a tomar decisiones al final de su vida pero, si su deseo inequívoco es poner fin a una existencia que ha dejado de ser un bien para él, estaremos a su lado ayudándole con nuestro acompañamiento solidario.

    Este acompañamiento es, para nosotros, una obligación ética que asumimos, al igual que trabajamos por conseguir el reconocimiento del derecho a disponer de la propia vida y la despenalización de las conductas tipificadas en el artículo 143.4 del Código Penal. El Gobierno y el conjunto de fuerzas políticas tienen en sus manos la capacidad de legislar eb ese sentido, a ello les emplazamos.
    PONDRÉ EL ENLACE DE DMD EN EL BLOG POR SI ALGUIEN QUIERE CONOCERLOS MÁS.

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  6. Yo sigo porque estoy embalada como mi moto.Debatimos sobre homosexualidad,pisoteando sus derechos (no pueden adoptar hijos, esos niños estan mejor en instituciones o con padres salvajes que los torturan,pero son heteros),debatimos sobre el descalabro económico del país, pero dejamos a los iletrados e incompetentes políticos que sigan dirigiendo a bandazos el país o improvisando soluciones que no lo son,cuando los problemas ya son insuperables,pero no importa,también debatimos sobre el la pobreza, negándoles el pan y la sal a los que la padecen.Si esto sigue así,ya no hablaremos de eutanasia,sino de decretar suicidio general para la población que aguantamos casi todo como si fueramos descendientes directos, por vía materna del Santo Job.Dcala ¿Tú sabes donde está la puerta para salir,sin suicidarse,de este mundo?Hoy tengo un día...

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  7. Lenguas muertas que hablan.

    "La vida es como una obra de teatro: no es la duración, sino la excelencia de los actores lo que importa" L. A. Séneca

    “La mayor parte de los hombres, Paulino, se queja de la maldad de la naturaleza porque nos ha engendrado para un tiempo tan breve y porque la vida corre tan veloz, tan rápida, que si exceptuamos a unos pocos, a todos los demás les priva de ella en el preciso instante en que se aprestan a vivirla.
    A otros muchos el destino les sorprende aletargados y somnolientos, hasta el punto de que no dudo de la verdad, proclamada a modo de oráculo, por el más grande de los poetas: “Exigua es la parte de la vida que vivimos”. Pues es cierto que toda otra duración es tiempo, no vida.
    De las demás artes se encuentran por lo general muchos profesores. Algunas de ellas hasta los niños parecen haberlas aprendido de tal modo que, incluso, las podrían enseñar. El arte de vivir se ha de aprender durante toda la vida. Y lo que quizá te pueda extrañar más, es que toda la vida se ha de aprender a morir.
    Quién ordena su tiempo en beneficio propio y regula todos sus días como una vida que comprende a todos ellos, ni desea ni teme el mañana.”

    Texto compuesto con fragmentos extraídos de “Sobre la brevedad de la vida” de Séneca.

    Hay actores del Teatro de la Vida que deciden retirarse de la obra antes de que les bajen el telón. ¿Quién puede obligar a alguien a existir, no ya a vivir, en contra de su voluntad?.

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  8. ¿Pero cómo saber si es su voluntad, o eso que sale por su boca es la intención de un tercero, que por avaricia o cansancio quiere poner punto y final? ¿Cómo distinguir a aquel que quiere dejar de vivir por las circunstancias que le rodean de aquel otro que está realmente determinado a morir por las propias? ¿Tiene derecho a morir dignamente el que no puede soportar ni un solo instante más la mirada de quienes le rodean y a los que amó durante su vida? Bueno, esto es otra elucubración de las mías, a primera hora de la mañana, y provocado por la palabra "voluntad" de JABG, que siempre que la oigo/leo enarco una ceja. Y no es la ZP. S2

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  9. Eutanasia. Del griego "Eu" (bien) "Thánatos"(muerte) es decir buen morir.Clarito como el agua.No hablamos de ayudar a un suicida, ni de matar a deficientes ,ni a ancianos que llevan una vida digna, sino de ayudar a morir a quien la vida le resulta un sinsentido,unido casi siempre a enfermedades terminales extremadamentes crueles,tanto que parecen enviadas por el mismísimo Satanás.Luego,opino: No es un crimen,sino un acto de supremo de compasión hacia un semejante, al final de su vida,ahorrándole el sufrimiento gratuíto,mitigándole el dolor físico,aunque eso signifique acortar la vida del paciente.(eutanasia indirecta)Es lo que yo querría para mis seres más queridos y, por supuesto para mí.

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  10. JABG De nuevo has dado en el clavo con el texto de Socrates. Del tiempo y la civilización en los que la vida y la muerte se entendían mejor. Sus dioses no interferian en el devenir de las cosas de los hombres, como hacen los nuestros. La gran frase es esta: "Pues es cierto que toda otra duración es tiempo, no vida."
    Maraud y JCarlos ocurre que por mucho que nos creamos fuertes y nutridos como nunca, vivimos en la intemperie y somos enormemente frágiles cuando aparece ante nosotros la muerte. Por eso los casos como el de Carlos Santos, tan diáfanos y aleccionadores son anecdoticos. No es fácil estar fuerte y limpio en esos momentos. Los que los que trabajamos cada día con pacientes vemos cada día seres humanos frágiles no sólo físicamente sino también indefensos en cuanto a las decisiones sobre su vida. Sólo espran a que alguien los dirija. Pasan al pairo sus últimos días. El cuerpo agotado no permite al alma decidir nada. Y su entorno lo protege falsamente, pensando en ellos más que en él. esta gente nunca pensó que llegaría ese tipo de momentos, nunca los reflexiono y a veces mantiene algo parecido a la esperanza vacía. Algo que ni nosotros ni los pacientes treminales sabemos lo que es: seguramente el producto de una civilización brillante como el cristal y frágil. Por eso es tan importante que a veces seamos los demás, los que tenemos el conocimiento y la experiencia les ayudemos e incluso decidamos por ellos. Es nuestro deber y el riesgo moral al que estamos obligados, por que somos su único referente en el mundo en esos momentos. Es duro pero debemos hacerlo sin miedo, escuchando, con la razón, la empatía y la charla con la familia como mastiles referenciales. Debemos confortar y compartir el amor de los seres queridos con el terminal. No debe quedarles ninguna duda porque el amor les ciega muchas veces, al menos les aturde. Deben estar seguros que su amor no les faltó en ningún momento.
    Tambien eso es eutanasia.
    Un rollo pero es lo de cada día. Y no sabeis lo mal y funcionarialmente que se hace.
    Escribid, sin duda, vuestras voluntades anticipadas.

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  11. Pensando en alguien que vivió y murió como un gran ser humano, me acordé de nuevo del cazador de las estepas, el pequeño Dersu Uzala de la bellisima película de Kurosawa. Buscando en Google el autor del libro en el que se basaba, googleando el titulo, apareció en 5ª refernecia un post de este blog y una conversación que tuve con JABG en Mayo a proposito del caso de María Antonia Liebana. Podeis verla en le blog (Mayo) o en Google. Si os apetece más recordar a Dersu, el siguiente video
    http://www.youtube.com/watch?v=770T7UkqJl0&NR=1

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  12. Dcala, estoy un poco confundido. A ver si me ayudáis. Yo creía que hablábamos de algo así como "parar de poner parches" ante la proximidad de lo ineluctable, una especie de capitulación íntima, un decir "déjenme ya morir en paz" y basta de pinchazos prolongadores de agonía. Eso parece una decisión personal de una persona lúcida; pero cuando el paciente ya no tiene mucha conciencia de lo que le está pasando, mezclado con que los familiares están aturdidos entre el dolor personal, la agonía del ser querido y la presión del entorno ("¿no irás a dejar morir a papá como un perro?"), entonces, ¿es cuando surge la consideración de que "decidamos por ellos"? ¿Quién va a decidir? ¿Quien va a suplantar la voluntad (ay, la ceja) del que ya no la tiene, si la familia no lo hace? ¿El profesional? Uff... ¿vosotros os atrevéis?

    Es que estoy un poco perdido.

    S2.

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  13. Hola a todos/as, soy el anónimo 2 del artículo Noviembre, he seguido con mucho interés todos vuestros devaneos de cabeza y aportaciones, a pesar de no haber participado. Lo cierto es que yo hice aquel comentario por que la poesia me gustaba y sé el interés que Chechu pone en todo lo que hace, y una descalicifación en general no me gusta.
    Sí que me gusta mucho esta foto del encabezamiento del blog. Espsero comentarios sobre ella.
    Respecto al tema del artículo actual, yo creo que es necesario hacer un documento de voluntades anticipadas, por cada uno de nosotros individualmente pero también por nuestras familias y por los médicos a los que les toque atendernos en su momento. Es importante afrontar las cosas y perder el miedo, vivimos con demasiados tabues. Hasta pronto. Por ahora me quedaré con este nombre de ANONIMO 2.

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  14. JCarlos: rotundamente sí. No es decidir sobre ellos. Pero si ellos con sus ojos, con la indefensión máxima que ves si les mirás, tuerces la cabeza y el corazón y mirás para otro lado les estás tratando peor que a los animales. ¿Alguien cuestiona que el jinete con lagrimas en los ojos, mata al caballo que se ha roto las piernas? Ya se que no es lo mismo para nada. ¿Pero mirar para otro lado es válido? ¿Es humano? Al final todo es más sencillo y se trata de cumplir el juramento hipocrático (volvemos a ese lúcido periodo de la historia de la Humanidad) y ayudar a vivir y a morir, intentando siempre en la necesaria modulación de las cosas interpretar los valores del otro.
    Al final se trata siempre de mirar a los ojos. El velo no es el problema (perdonad que suscite otro tema polemico) es la persona que lo lleva, radicalmente diferente a las otras. Y que merece toda nuestra atención y por tanto nuestro amor.

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  15. Yo creo que sí lo haría,aún por encima de la opinión de familiares,amigos...Ver sufrir a un ser querido,sufrir de verdad de dolor es insoportable,mucho más que la propia muerte.He vivido eso con un familiar muy cercano,joven y con una enfermedad realmente cruel,traicionera,que llegó de forma casi inesperada,llevándose todo por delante.Ella,entraba y salía del Hospital continuamente,cada vez estaba peor,nadie se atrevía ni a mirarla a los ojos porque no leyera lo que todos sabíamos.La decisión no era cosa mía, pero hubiera hecho sin dudar lo que fuera por evitarle ese dolor físico y también el otro,casi tan desvastador como sus ojeras,su mirada aterrada...Sin dudarlo.Nunca más podría ver esa mirada en otra persona.

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  16. Acabo de leer (por encima, con escaso criterio) algunos artículos en internet sobre la eutanasia en Holanda. Más confusión (para mí). ¿Es Holanda un ejemplo? ¿O solo ha sacado adelante los casos de eutanasia "fáciles"?
    S2

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  17. Hola ¡¡
    Escribí ayer mi opinión y hoy no aparece, ¡¡¡ tienes ciberduendes en el blog Chechu!!!
    Estoy de acuerdo contigo. Estos pacientes a los que te refieres, con enfermedad o enfermedades crónicas avanzadas y continuos ingresos por agudización de estas, se ven envueltos, en muchas ocasiones, en un autentico encarnizamiento terapéutico. Esto no es curar ni respetar la vida, sino prolongar una situación de sufrimiento injustificadamente.
    Es obvio que deben individualizarse los casos y como tu dices, dialogar y observar a paciente y familia. No es fácil hablar de la muerte, no se lleva ............. precisamente algo por lo que seguro todos hemos de pasar. Pero es imprescindible que estos pacientes den con un profesional medico preparado para afrontar el tema, para plantear el ya no mas medidas ni mas ingresos, ahora cuidados paliativos y " el buen final".
    Yo recuerdo cuando el tratamiento del dolor estaba en pañales, se hacia poca y mala analgesia y hablar de administrar morfina era poco menos que anatema. Ni médicos ni pacientes aceptaban con agrado su uso. Hoy en día los opiáceos se usan ampliamente como analgésicos tanto en el dolor crónico como en el dolor agudo con magníficos resultados. Ya sé que no es lo mismo, pero en ambos casos eran razones culturales y sociales las que hacían difícil la buena utilización de una practica medica.
    De todas formas creo, como tu, que lo mejor es hacer el testamento vital, para que nadie tenga que decidir por ti. Para quien interese está en esta pagina de DMD http://www.eutanasia.ws/testamento_vital.html ( creo que la facilitaste tu hace meses)
    Un bico.

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  18. JCarlos, si por lo que he leido los casos resueltos en Holanda son los más fáciles (entre comillas) y los que menos aristas individuales tienen. O sea los de libro.

    ROSA.A. he recuperado tu comentario perdido de ayer. Lo transcribo y además creo que mejor no se puede decir. Lo que yo quería expresar es exactamente lo que tu escribes. Nada más que aportar. Un bico.

    Hola Chechu ¡
    Creo que en tu articulo quieres hacer hincapié en los pacientes de edad avanzada, con una patología crónica que les ocasiona una calidad de vida mala / muy mala, que ingresan en momentos de agudización que en muchas ocasiones superan para volver al circulo del sufrimiento.
    En realidad pienso que para este problema, que creo que lo es, no hay ni puede haber ley que lo regule. Es algo que atañe al paciente, familia y medico y debe individualizarse. Tengo visto personas atadas a una cama, oxigeno 24 horas, fuertes dolores, múltiples ingresos....... ilusionadas porque les operen una catarata para poder leer un poco, por el contrario otras, sin enfermedad aparente, no quieren seguir viviendo en una confusa soledad. Depende de la persona, de las circunstancias que la rodean, familia, cuidadores, cariño. Depende de que esa persona sienta que aun pueda o aun se le pueda aportar algo, que aun exista una interrelación con el medio. ¡ Hay tantas variables !
    Lo que es obvio es que siempre, estos pacientes, deben encontrar un profesional de la medicina preparado no solo para curar, sino también para aliviar sufrimientos físicos y psíquicos innecesarios y crueles; preparado para escuchar al paciente, suele ser difícil hablar de la muerte y mas de la propia, por eso será una conversación difícil, buscando pistas y gestos mas que palabras. Y si la comunicación con el paciente no es posible por su estado, hablar despacio y clarito con la familia, seguro que lo entenderán y sabrán, junto con el medico, decidir " el buen final".
    El aplicar el protocolo y seguir colocando sondas, haciendo gastrostomías, analíticas..... en estos casos, es un encarnizamiento terapéutico injustificable que prolonga la .............¿vida?.
    A pesar de todo creo que lo mejor para no crear problemas es hacer tu testamento vital, para que nadie tenga que decidir por ti. Si a alguien le interesa lo puede consultar en esta pagina de DMD, que en su día facilito Chechu (http://www.eutanasia.ws/testamento_vital.html)
    Un bico.

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  19. Algo se le ha perdido a la Medicina por el camino.

    ¡O mors!, bonum est judicium tuum homini indigenti,
    et qui minoratur viribus,
    defecto aetate, et cui de omnibus cura est,
    et incredibili, qui perdit patientiam

    ¡Oh muerte!, bienvenida es tu sentencia
    para el hombre necesitado y faltó de fuerzas,
    gastado por los años y lleno de cuidados,
    que se rebela y ha perdido toda esperanza.

    Eclesiastés 41.2 (Antiguo Testamento)


    “Guérir parfois, soulager souvent, consoler toujours”

    "Curar a veces, aliviar con frecuencia y consolar siempre”

    Cita famosa en el mundo de la medicina, de padre desconocido, aunque han intentado implicar a Hipócrates, Paré, Trudeau, Berard y Gubler, a estos últimos en pareja a pesar de que ni siquiera coincidieron en el espacio-tiempo.

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  20. El significado de la frase casi se ha invertido,se cura más, se alivia bastante,se consuela poco.El médico,el buen médico,sigue existiendo pero lo que se ha perdido es el tiempo de dedicación al enfermo,sencillamente porque no lo hay,las consultas estan atestadas de gente enferma de gripe,de cáncer o de soledad.El médico ha de repartir su trabajo entre toda esta maraña de casos sin tiempo para respirar,lo veo a menudo en los ambulatorios,donde voy por suerte,pocas veces,y siempre es lo mismo,si un paciente tarda más de un cuarto de hora los que estan esperando se impacientan,nunca mejor dicho,y protestan porque tienen que ir a no sé donde y "a ver porqué tarda tanto este médico en atender a una sola persona..."No hay tiempo para el consuelo.Eso es lo que se ha perdido en el camino.

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  21. Así es Maraud. Pero además de tener poco tiempo, la rueda de los silencios nos lleva a no saber utilizarlo para lo importante.
    Magnífica la frase del Eclesiastés. La verdad es que la Biblia tiene auténticos tesoros que no han perdido actualidad después de tantos años. Hace poco me dió por leer el Deuteronomio (ZP lo sacó en un discurso) y es todo un tratado de sociología que además se lee con agrado.
    Para consolar hay que estar disponible y esto es lo que más nos cuesta en estos tiempos de individualismo y futilidad.

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