Por ahí andaremos las próximas semanas. Decía Gustave Flaubert que "el viaje es una cura de humildad: te das cuenta del diminuto lugar que ocupas en el mundo". Seguramente Bhutan es un buen sitio para sentirlo.
"Para adquirir perspectivas amplias, cabales y compasivas sobre los seres humanos y las cosas, uno no puede vegetar en un rinconcito del mundo toda su vida", afirmaba Mark Twain. Por eso es uno de los escritores más profundos que conozco.
Feliz verano, amigos. A la vuelta os contamos y nos contais. Un abrazo y saludos desde el Himalaya.
Está claro que esos pensamientos de tan grandes escritores están dirigidos, sobre todo en tiempos tan menesterosos como éstos y también los suyos, a quienes tienen poder adquisitivo que les permita viajar. Los que no lo tienen no necesitan esa cura de humildad (son humildes "per se") y no podrán adquirir esas perspectivas sobre los seres humanos y las cosas: vegetarán toda la vida en ese rinconcito del mundo. Eso sí, SIEMPRE LES QUEDARÁ LA LECTURA (forma maravillosa de conocer el mundo y a los seres humanos)
ResponderEliminarTienes razón C.L.
ResponderEliminarEl viaje no necesita carreteras, ni aviones ni kilómetros. Puede estar en las hojas de un libro o en atardecer cualquiera, o en los minutos de la humilde (sigo tu razonamiento) ducha de cada mañana. Los que piensan y sienten nunca vegetan, sea cual sea su poder adquisitivo.
Gracias por tu cura de humildad, C.L.