lunes, 21 de junio de 2010

Mercados o "vuvucelas"

A pesar del mal comienzo del miércoles pasado, bienvenido sea el Campeonato Mundial de Fútbol que estos días desplaza las noticias sobre economía para hacerse un hueco en los periódicos. Y nos aparta por unas semanas del cansino devaneo de los bonos de la deuda, las cotizaciones en bolsa y el dichoso PIB. A nadie perjudica encontrar un espacio donde la razón pueda descansar un rato, dejando campo libre para que el corazón y las vísceras olviden las miserias cotidianas y los sesudos análisis de los pretendidos “expertos” en finanzas.
Muchos intelectuales han despreciado el fútbol o han mostrado hacia él una aséptica distancia. El ejemplo más rotundo es el de Borges, santo y seña de un país donde este deporte lo es todo: “el fútbol es popular porque la estupidez es popular”. Así era el maestro. En cambio, otros muchos lo han introducido con naturalidad en la literatura y el cine: Vázquez Montalbán, Gonzalo Suárez, Neville, Delibes, Vila-Matas… En general desde la activa militancia para con determinados colores. Porque no es posible comprender el fútbol sin tomar partido. Desde la neutralidad se convierte en el más aburrido de los deportes.
Ahora bien, con intelectuales o sin ellos, su popularidad no es un fenómeno inexplicable. No es gratuita su masiva presencia en el imaginario universal: el fútbol es un fiel reflejo de la vida. En él se reproduce, durante los noventa minutos que dura la contienda, todo cuanto somos capaces de experimentar los seres humanos: euforia, depresión, rebeldía, afán de superación, miedo, compromiso, desesperación… Todo un muestrario de emociones y sentimientos. Porque en el fútbol, los argumentos son lo de menos. Lo que realmente marca el “estado de ánimo” de los aficionados es el resultado final, con independencia del mérito o la brillantez del juego.
Además, para muchos de nosotros, el fútbol es un álbum de recuerdos. De imágenes y sonidos que marcan épocas de nuestra vida. De cromos y colegio. De tardes de radio y alineaciones aprendidas de memoria. De triunfos inolvidables e inesperados fracasos. Ya saben aquello de “un deporte en el que juegan once contra once y siempre ganan los alemanes”.
Sin embargo el fútbol es, ante todo, fidelidad. En un momento que se pierde en los brumosos recuerdos de la niñez, se elige un equipo y ya lo es para toda la vida. En la alegría y en la adversidad. En los domingos de gloria o en los lunes de dolor, cuando por su causa se sufren en silencio las burlas más despiadadas. Dicen que no hay mejor forma de aprovechar la inteligencia que obtener placer de las lealtades y los instintos, evitando que nos superen y esclavicen. Así debe entenderse este juego irracional y a la vez sumamente razonable. En el que, durante el campeonato de Liga, resulta difícil entender que tipos juiciosos y sensatos como Rubalcaba, Javier Marías o algún buen compañero de trabajo -de cuyo nombre no quiero acordarme-, sean del Madrid.
Pero, ahora, todos somos de La Roja y con la que está cayendo nos merecemos al menos dos grandes alegrías: cargarnos a Italia en cuartos de final y ganar el Mundial. El comienzo no ha sido favorable. Contra Suiza nos pudo la ansiedad y el molesto zumbido de las “vuvucelas”. No pasa nada. Seguro que vendrán días mejores para poder disfrutar de este buen grupo de jugadores a los que une un estilo amable, vistoso e irrenunciable.

3 comentarios:

  1. Tienes toda la razón,habla una mujer que ve el futbol desde la más exasperante neutralidad a pesar de su empeño en involucrarse por múltiples razones,siendo la principal la de disfrutar con su hijo las victorias de "los blancos" e incluso sufrir sus derrotas.Y la que suscribe no se considera machista en absoluto sino todo lo contrario,sin embargo he de reconocer,que,en lo que a mi persona se refiere,el segundo cromosoma X me ha conferido indiferencia ante este deporte tan asímétricamente distribuido por género internacionalmente.Lo confieso,me gustan los complementos!!!

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  2. Ai, pero canto sinto esta alegría inmensa que me invade, non me iporta, insultádeme, decídeme qué mala persoa son... ¡pero Italia está fora do Mundial!!!!!! ¡Eu son feliz!

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  3. Amiga anonima: nada hay más gozoso que compartir pasiones, emociones y fidelidades entre generos. Me encanta ver futbol con chicas que lo disfrutan, le dan otro toque. Igual que me gusta jugar al mus con mujeres. Engañan de una forma más sútil.

    JC comparto tu inmensa alegría por la elminación de Italia. Sólo un pero, como pongo en el artículo, me hubiera gustado que nos la cargaramos nosotros y en cuartos. Pero me voy a tomar ahora mismo una caña en nuestra salud.

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