jueves, 2 de agosto de 2012

¿Una herramienta nueva?


España tiene una grave crisis política. Nuestro vigente sistema de representación democrática ha perdido la credibilidad de la ciudadanía, sobre todo en el caso de los dos grandes partidos. A día de hoy, ambos (PP y PSOE) son considerados más un lastre que un vehículo para resolver los problemas. Aunque, por ahora, nadie propone otro modelo de gobierno distinto al que deriva de aplicar los resultados de los procesos electorales. O sea nadie pugna por la ruptura. Es lo que ocurre en las crisis sociales graves, está claro lo que no vale, pero faltan voces que indiquen por donde debe ir el camino del cambio.
En todo caso y tal como están las cosas, en las próximas elecciones generales o autonómicas es probable que asistamos a una gran abstención que deslegitime al pírrico ganador o conduzca a una distribución de escaños a la griega entre múltiples siglas que dificulte o haga imposible la gobernabilidad. Y en esas circunstancias, como hemos podido ver en Italia o Grecia, suele ser la derecha la que se lleva de una u otra forma “el gato al agua” (vía pactos supervisados por los mercados o vía imposición de un “tecnócrata de prestigio”). Así que esta crisis de la política (“todos los políticos son iguales”) es sobre todo un problema para la izquierda. Una razón más para que ésta tome la iniciativa en el imprescindible cambio en los modos de desarrollar la acción política.
No puede resultar indiferente para la mayoría de ciudadanos cuál es el partido que les gobierna. La escalada de recortes a los derechos ciudadanos implementada por Rajoy en apenas 6 meses, debería ser suficiente argumento para desmontar esa sensación. Pero hace falta que alguien, además de afirmar que otra política es posible, tenga la credibilidad suficiente que sus palabras sean, al menos, escuchadas. A día de hoy, nadie en todo el arco parlamentario la tiene.
En España necesitamos al menos un partido progresista y de izquierdas en condiciones de ser alternativa de gobierno a la derecha. Sin ello estará en peligro inminente la igualdad de oportunidades y el estado del bienestar. Sin un contrapeso de ese tipo estaremos condenados al individualismo como única respuesta a los problemas colectivos. Y con ello, a la decadencia social.
Hasta no hace mucho, desde la transición a nuestros días, el PSOE ha sido, con altibajos coyunturales de popularidad y voto, ese partido de izquierdas en condiciones de gobernar. Ya no lo es ni volverá a serlo sin que medie una radical transformación. Los errores propios y los profundos cambios que el mundo ha experimentado en las últimas décadas lo han colocado en fuera de juego y en alto riesgo de convertirse en una organización intrascendente y anacrónica.
Es el resultado de su falta de adaptación teórica y práctica a la caída del socialismo real y a la globalización financiera del capitalismo. Y también, todo hay que decirlo, de la inclemente y continuada descalificación que ha sufrido, desde el inicio de los años 90, por parte de la ultraderecha política y mediática (hegemónica en el único partido conservador que existe en España: el PP). Tampoco ha sabido responder a ella con la suficiente diferenciación y contundencia. Con todos esos lodos activos, la crisis económica ha metido al PSOE en el difícil barrizal en el que le toca moverse.
En todo caso, un partido centenario y combativo, con una potente red organizativa que engarza todos los pueblos y regiones de España, no puede ser desaprovechado. A mi juicio es aún la mejor herramienta de transformación social de la que disponemos. Por eso el PSOE debe ser rescatado a través de rápidos y radicales cambios en el modelo con el que se ofrece a la sociedad.
No con el objetivo de su mera supervivencia, sino para ser el instrumento político que, ahora más que nunca, necesita este país para mantener una esperanza de progreso. Volviendo a ser el referente, y si es posible la casa común, de la izquierda española. Para ello necesita armarse de generosidad y valor. Y perder el miedo que le está paralizando desde hace muchos años. Cambiando de arriba abajo, dándole la vuelta como a un calcetín a su núcleo duro, a sus ramas y a su imagen.
Los elementos básicos para esa eventual transformación ya están a la vista, a pie de calle. Sólo hace falta recogerlos y ponerlos en orden. Haciéndolos visibles y creíbles cuanto antes. No hay tiempo que perder o será demasiado tarde. Espero que aún no lo sea.
A continuación voy a exponer, con la libertad y la perspectiva que da mirar las cosas desde fuera, algunas condiciones e ideas que creo necesarias para recuperar al PSOE para la causa, un tanto provocativas quizás. Pero estoy convencido que la difícil situación obliga a ser muy heterodoxo. A grandes males, grandes remedios. 

1º) Rubalcaba no puede ser el líder. Ya sé que es injusto. Se ha fajado en condiciones muy difíciles. Es un excelente político. No merece salir por la puerta de atrás. Pero es el nexo con el pasado.
Alguien completamente nuevo, que no pueda ser relacionado con un partido que hizo lo contrario de lo que pareció prometer, debe sustituirle. Es una condición quizás insuficiente, pero sin duda necesaria para el despegue.
Ese alguien debe salir de “la otra habitación”, la que hace unos días Rodríguez Ibarra describía con acierto en un artículo de opinión. Esa otra habitación en la que no estamos los que, como yo, vivimos, trabajamos y nos relacionamos del modo en el que el humanismo occidental lo ha hecho desde hace siglos, desde las bases racionales que ya sólo valen para los que estamos en línea de salida.
Los nuevos líderes, la nueva gente de la nueva izquierda debe salir de la habitación en la que vive la nueva sociedad, inmersa en la Red: ese espacio global donde trabajan, consumen, debaten y se escuchan entre sí de otro modo.
A estas alturas no importa tanto la brillantez intelectual o política, como el modelo de transmisión de las ideas, donde la credibilidad y la frescura son los elementos más importantes. Hoy todo se hace viejo enseguida. Las caras también. Por eso los líderes "eternos" ya duermen en la historia de los siglos pasados.
Hoy es necesario renovar cada día los mensajes que de una forma sencilla e intuitiva, transmitan los objetivos que la izquierda persigue y los valores que siempre la han definido. Que, no nos engañemos, siguen estando en el disco duro de la mayoría de los españoles, jóvenes y menos jóvenes.
En el partido y en sus amplios aledaños hay muchas personas con ese perfil. Mejor si son completamente desconocidos. Ellos y no los de siempre, deben liderar la tarea de transformar la organización y configurar la nueva oferta.

2º) Es necesario un Congreso Extraordinario de Refundación para definir el nuevo modelo, el nuevo proyecto y la nueva imagen. Abierto a militantes, simpatizantes y simples votantes. Con el modelo francés. Sin compromisarios ni delegados para desarrollar Primarias "de verdad" en la elección de cargos tanto a nivel central como autonómico, provincial y local. Conviene debatir incluso el cambio de nombre del nuevo partido. Las alianzas han cambiado: los parias de la tierra son hoy los jóvenes y los parados. La clase obrera ha pasado a la historia como motor de transformación social. Puede que el nombre deba adaptarse a estos nuevos paradigmas. Nada es inmutable salvo los valores y sensibilidades propias de la izquierda. Eso debe quedar claro internamente y también a la vista de los ciudadanos.

3º) El nuevo partido apostará por la revitalización de la democracia proponiendo listas abiertas en todos los procesos electorales. Los cargos electos sólo lo serán por dos legislaturas seguidas. Y comparecerán periódicamente en actos públicos y abiertos ante sus electores directos para dar cumplidas explicaciones de sus compromisos y su gestión, escuchando y debatiendo sobre las quejas o las propuestas que se les planteen.
Sus retribuciones deben ser públicas y transparentes, acordes con el grado de responsabilidad y decididas por consenso para la totalidad de las Administraciones en los Parlamentos Estatal y Autonómicos. Con las dietas se hará lo mismo. Al finalizar su mandato volverán a su situación laboral anterior sin perder sus condiciones previas, pero sin derecho a pensiones o retribuciones especiales. La política no puede ser un oficio en sí misma. No debe haber clase política.

4º) Para el nuevo partido la presencia de la política debe limitarse a su estricto ámbito. No debe inmiscuirse ni mangonear en las empresas públicas, televisiones, judicatura, órganos de supervisión política, financiera… La sociedad civil, profesionales y técnicos sustituirán a los políticos en la elección de los cargos y en la organización de estas estructuras públicas que deben ser independientes del partido coyunturalmente en el poder.
Se propondrá también que la mayor parte de cargos intermedios de gestión en los servicios públicos (sanidad, educación, ayuntamientos…) sean independientes de los cambios políticos y tengan sólo un perfil profesional.

5º) El Senado y las Diputaciones son prescindibles y aportan muy poco al interés de los ciudadanos. Se eliminarán cuanto antes. Los Ayuntamientos menores de 20.000 habitantes se fusionarán. Las Administraciones Públicas deben adelgazarse al máximo desde el mayor consenso posible. Por convicción. No por intereses espureos como los de Feijóo. Sino por la obligación ética de que ningún euro público vaya a otra cosa que no sea el interés de los ciudadanos: el cuidado de los enfermos y los mayores, la educación de los hijos, la protección de los desfavorecidos, el fomento de la innovación y el empleo, las obras públicas de interes social o productivo. En esa reforma nos jugamos mucho y un partido progresista debe tenerlo claro y ser valiente y firme ante las resistencias internas que puedan producirse. 
No hay lugar para la propaganda institucional. Las subvenciones a organizaciones políticas o sindicales y a los medios de comunicación deben desaparecer. Las licencias a los medios de comunicación deben aprobarse en un entorno independiente a los gobiernos y a los partidos.

6º) El programa político con que un partido se presenta a las elecciones no puede subvertirse. Si las circunstancias cambian, en vez de modificar unilateralmente el contrato con los ciudadanos, los gobernantes están obligados a dimitir y convocar nuevas elecciones.

7º) El nuevo partido mantendrá como infranqueables líneas rojas la Sanidad, la Educación, la Dependencia, las pensiones, la cobertura del desempleo, el apoyo público a la cultura y a la investigación. Estas partidas presupuestarias serán garantizadas por Ley como derechos de ciudadanía, a ser posible con la modificación del texto Constitucional.

8º) Uno de los objetivos fundamentales del nuevo partido será buscar alianzas para la regulación internacional de los mercados financieros y la prohibición de las actuales prácticas especulativas. También para acabar con los paraísos fiscales. En Europa colaborará y buscará estrategias comunes con gobiernos, partidos y organizaciones que quieran sustituir la actual política económica de exclusiva reducción del déficit por otra que busque el crecimiento, el mantenimiento de los servicios públicos esenciales y la disminución rápida del desempleo.

9º) Los derechos sociales conseguidos en España (aborto, matrimonio homosexual…) son innegociables. La Iglesia pagará el IBI y todo lo que le corresponda como a cualquier otra empresa u organización. El Concordato tiene que ser pronto una historia del pasado.

10º) Todas las políticas económicas que el nuevo partido proponga irán dirigidas a incentivar el empleo juvenil, el mayor problema de la sociedad española. El gasto público debe centrarse en actividades que aporten valor real a los ciudadanos y busquen el crecimiento productivo, innovador y sostenible.

Habría muchas cosas más en este hipotético proyecto de máximos. Algunas serán las de siempre, contadas de otra manera. La ciudadanía sabe que vivimos un momento muy difícil. Que este es un tiempo de tinieblas. Por eso es tan necesaria la claridad y la confianza. El viejo mundo agoniza y el nuevo no puede quedar en manos de los amos de la tierra. Para impedirlo necesitamos más política con herramientas nuevas. Toca ensayar sin miedo en otros escenarios para no caer definitivamente en la melancolía. O al menos, teorizar gratis frente al ordenador en una tórrida tarde del verano ourensano.

14 comentarios:

  1. un decálogo/hoja de ruta.
    no te olvides de la zaherida cultura (que da a muchos de comer y a muchos de reír!)! y en tremendo acuerdo con la línea roja.
    pero en el fondo, y por mi formación y juventud quizás, creo que la barrera es todavía más gorda entre los poderes fácticos y los jóvenes. recuperar la fe en el poder de cambio de la política es básico para empezar todo esto que explicas. y está muy abajo el prestigio de la política y el voto en el joven de a pie.
    sólo se me ocurre o grandes estrategas comunicadores electorales o que la propia bazofia en la cual nos estamos sumergiendo nos acabe haciendo entender que sólo el diálogo y la política, valen para trazar puentes, mejorar juntos y mantener el estado de bienestar.
    y política, obviamente, es todo, es el supermercado o el mercado, es viajar o enlatarse, es ver tele o leer.
    es que de veras, votar y salir a la calle la gente no lo entiende, ponen una frase en facebook y ya se sienten revolucionarios. a mí, me pasa.

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  2. Claro Yolanda. Creo que el discurso ya no vale. Sólo el ejemplo: la credibilidad que da la actuación en la práctica.
    Nosotros, nuestra generación, comocemos el valor de la politica porque con ella nosotros cambiamos las cosas. La sanidad, la solidaridad de este pais la hizo la izquierda. Antes había miedo y miseria. Por eso nos duele tanto ver que todo eso se cae. La izquierda, nosotros, no supimos seguir empujando a una sociedad que ya no tenía ni miedo ni miseria. No supimos enfrentarnos a la burguesia y la blandura de la generaciones que como vosotros no vivieron el miedo y la miseria.
    Los partidos de izquierda se dejaron mecer en el exito que tuvieron (durante años ganaron todos los partidos a la derecha, jugaban mejor y tenian los resultados del estado del bienestar en permanente construccion) y tambien se aburguesaron. Mientras la nueva derecha, la dictadura financiera, crecía bajo sus pies, con la mejor de sus civilizadas caras para seducir tambien a los politicos de izquierda. Y así se fueron convirtiendo, aunque sobre valores y sensibilidades distintas, en empresas electorales igual que sus homologos de derecha - estos con otros objetivos. La izquierda renunció a seguir cambiando la sociedad. Creyo que con regarla y darle de comer cada vez más era suficiente. Y ahora está sepultada por la ola de conservadurismo e individualismo, que es lo mismo. Sin credibilidad para enfrentarse a ella.
    Y vosotros los jovenes con valores de progreso sois burgueses y rechazais la politica, la unica herramienta que puede devolvernos a la civilización social. Pero la rechazais tambien porque la politica da mucho curro y los resultados nunca son inmediatos ni estan garantizados. Las reuniones son un coñazo, parir un documento cuesta. Y no vale con hacerlo una vez o dos, sino muchas. Meses, años de dedicarse a intentar mejorar las cosas para ganar el presente y el futuro. Sin brindis al sol de pureza de pensamiento que como tu dices quedan muy bien en facebook y twiter. Pero nada más.

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    1. Ya lo advertía Alexis de Tocqueville en "De la democracia en América":

      "Cuando el afán por los goces materiales se desarrolla en uno de esos pueblos más rápidamente que la cultura y los hábitos de la libertad, llega un momento en que los hombres se encuentran como arrebatados y fuera de sí a la vista de esos nuevos bienes que están próximos a adquirir. Preocupados únicamente en hacer fortuna, no advierten el estrecho lazo que une la fortuna particular de cada uno de ellos con la prosperidad de todos. No es preciso arrancar a tales ciudadanos los derechos que poseen; ellos mismos los dejan escapar.
      El ejercicio de sus deberes políticos les parece un enojoso contratiempo que les distrae de su actividad. Si se trata de elegir a sus representantes, de prestar ayuda a la autoridad, de tratar en común la cosa pública, les falta tiempo; no pueden malgastar ese tiempo precioso en trabajos inútiles, en ocupaciones aptas para gentes ociosas, pero impropias de hombres graves y ocupados con los intereses serios de la vida.
      Esas gentes creen seguir la doctrina del interés, pero no se forman de ella sino una idea burda, y, para velar mejor por lo que ellos llaman sus asuntos, descuidan el principal, que es el seguir siendo dueños de sí mismos.
      Al no querer pensar en la cosa pública los trabajadores, y al no existir ya la clase que podría encargarse de esta tarea para llenar sus ocios, se produce como un vacío en el gobierno.
      Si, en ese momento crítico, un hombre ambicioso y astuto se adueña del poder, encuentra libre el camino para todas las usurpaciones. Si procura, durante algún tiempo, que prosperen los intereses materiales, fácilmente se le disculpará lo demás. Sobre todo si garantiza el orden."

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  3. Gracias Chechu:
    Hacia mucho tiempo que no leía nada tan sincero y de un sentido común tan sencillo, pero sobre todo necesitábamos oír una opinión que se mojara, no solo comentar lo que está pasando, ya hemos leído demasiadas veces lo que ocurre y quien tenga un poquito de curiosidad puede saber el quien y el porqué. Pero como digo se notaba la falta de opiniones pora salir de “ESTO”; es la primera vez que oigo (Leo) un decálogo sencillo y constructivo, merece la pena leerlo dos veces. Gracias Chechu. Antonio (el del país de Nunu)

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  4. Saludos Antonio. Una pena no haber coincidido este año por esos mundos. Saludos a la family. Por cierto, ¿por dónde habeis andado?

    JABG: me parece brillante sacar a colación el texto de Tocqueville que no puede ser más lúcido y actual: una cumplida explicación a nuestra decadencia. Con tu permiso voy a utilizarlo en el proximo post/mix que tengo en la cabeza.

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  5. Leyendo el otro día en una gasolinera los titulares de la primera página del periodico de extrema derecha llamado La Gaceta (abrirlo me pareció demasiado peligroso para el cerebro), informaban de una gran disminución de la militancia en el PSOE en los 2 últimos años. No me parece nada grave ya que entiendo que el concepto de militancia en los partidos de izquierda también debe revisarse para escapar del concepto de orgánico que siempre me ha producido rechazo.
    Pero lo que si me pareció significativo y un sintoma preocupante es que no más del 8% de los militantes era menor de 30 años (los de la "otra habitación" de Ibarra). Esto sí que es grave y debería obligar a reaccionar rapido a los actuales responsables del PSOE.
    En todo caso no para hacer escuelas de políticos tipo Carromero en Nuevas Generaciones del PP u otros que han surgido en el PSOE, IU, etc... que no conocen desde pequeños otra actividad laboral que la politica. Y que son otro de los elementos que marcan la decadencia de esta necesaria actividad de las personas y las sociedades: la politica para cambiar las cosas no para vivir de ella (en todos los entidos, no solo en el económico).

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    1. La prensa de "los otros".

      Maese dcala, no hay peor enemigo que aquel al que no se conoce, por eso procuro seguir el consejo que le da "Il Padrino" a Michael Corleone: "procura mantener a tus amigos cerca, pero mantén a tus enemigos aún más cerca". Si hay que escoger un solo periódico para leer, que sea el de los otros, al fin y al cabo, de los tuyos ya "crees" saber lo que piensan.
      Interesante la entrevista que le hacen en el suplemento dominical de El Mundo (26/08/12) al diputado más joven que tenemos en el Parlamento (es de IU). Para compararla con el diputado y concejal del PP por Ourense al que entrevistan ese mismo domingo en La Voz de Galicia (el lumbreras ese que las pasa canutos con un sueldo mensual de cinco mil y pico euros: si es que ya se sabe que "los ricos también lloran"). Por cierto, este político no es "profesional", pues proviene del ámbito del mundo laboral (sector privado); sin embargo ha demostrado que el "principio principal de Peter" se cumple inexorablemente (en unos más rápido que en otros).

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  6. Maestro JABG. Tiene usted razón. Llevo un tiempo pensando en prestar más atención al periodico de los otros. Pero el hombre es un animal de costumbres, bien lo sabe usted. De todos modos acabo de ver a los del Gato echando pestes por la boca y los ojos, en estado de ignición trás la libertad condicional decretada por el juez al etarra metastásico. Y despues de un buen rato atendiendo la TV de los otros (¿cual es ahora la de los nuestros?) he decidido abrir el blog y compartir con Vd. mis dudas razonables sobre la conducta a seguir.

    Prefiero, de todos modos, un torpe Collarte poco profesional que uno/a de esos/as cachorros de las escuelas políticas que hablan por boca de ganso y sólo pronuncian consignas y argumentarios.

    Salud y alegria.

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  7. Respuesta rápida en forma de brocardo:

    “Dura lex, sed lex” *

    González Pons lo expresó en forma castiza: Me “revuelve las tripas” la libertad de Bolinaga, pero se aplica la ley.

    (*)“La ley es dura, pero es la ley”. Se refiere a la necesidad intrínseca de un sistema legal de respetar las reglas establecidas de manera válida, so pena de dejar de existir por su inobservancia en razón de elementos subjetivos.

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  8. (Propuesta de) Respuesta lenta en forma de enigma.

    Creo que los tertulianos de “ Cats on the water” (sic) firman una cláusula que les impide utilizar - para pensar - estructuras de rango superior al arquicórtex (estructura cerebral correspondiente al sistema límbico y que gobierna la vida emocional básica). Aún sin haber visto el programa me atrevería a decir que en el asunto Bolinaga se defendieron propuestas al estilo “lex talionis” o incluso al “quédeme yo tuerto con tal de que tú te quedes ciego”.
    Intentaré hacer dos reflexiones sobre el carcelero encarcelado, ligadas a un puente y una cárcel cuya localización geográfica te propongo en forma de sendos enigmas:

    1. Puente de … (nombre de la ciudad situada cerca del Tajo y cuyo nombre en árabe haría redundante la respuesta).

    2. Cárcel de … ( un conocido grupo musical inglés de los años 80 del género “New Romantic” tomó parte de su nombre de este establecimiento).

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  9. 1. Puente de Alcántara.

    Si sustituimos el nombre actual de esta ciudad por el antiguo de origen árabe, Al Quantarat, que significa El Puente, obtenemos una redundancia.

    Si tuviera que responder a la pregunta de por qué no habría de cumplir el preso Bolinaga toda su condena dadas sus actuales circunstancias médicas, o dicho de otra manera: ¿por qué debería, en su caso, torcerse la vara de la justicia hacia el lado de la compasión? recurriría a la discronía de citar primero a Ernesto Sábato advirtiéndonos del peligro: “no había reflexionado hasta ahora en ese inquietante signo, aunque siempre pensé que no se podía luchar durante años contra un poderoso enemigo sin terminar por parecerse a él” y después a Marco Aurelio dando el remedio: “el mejor modo de vengar la injuria es no parecerse al que la infirió”.

    Debajo del puente romano de Alcantara hay un templo votivo en el que está enterrado su pontífice (el que tiende puentes), el ingeniero Cayo Julio Lacer. Se guarda la memoria de una inscripción en su dintel, en la que dedica el puente al emperador Trajano, y cuya segunda línea es casi un poema:
    “Ars ubi materia vincitur ipsa sua” (Artificio mediante el cual la materia se vence a sí misma).

    Pues eso mismo creo que es a lo que deberían aspirar las leyes y la justicia, a convertirse en artificios por medio de los cuales el hombre pueda trascender su materia más animal y, venciéndose a sí mismo, superar los estados más básicos de la venganza y de la “lex talionis” (ley del talión).

    Fácil de decir y difícil de cumplir.

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  10. 2. Cárcel de Spandau.

    El grupo británico “Spandau Ballet” tomó su nombre de la histórica cárcel-fortaleza del quinto distrito administrativo de Berlín.

    Los juicios de Nuremberg representaron un desafío relativamente nuevo para la historia de la Justicia: cómo aplicar penas proporcionales a crímenes cuya magnitud estaba fuera de toda proporción. Para Churchill era preferible fusilar sumariamente a los ejecutores que arriesgarse a fracasar en una empresa legal tan extraordinaria como esa y tener que soportar la vergüenza de dicho fracaso. Efectivamente muchos criminales de guerra fueron ejecutados por sentencias de tribunales militares norteamericanos, ingleses, franceses y rusos. Pero el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg se propuso una innovación: un juicio con un claro mensaje moral, en el que los prisioneros no serían simplemente fusilados, ya que esa solución habría puesto a los vencedores a la miserable altura moral de los vencidos. Siete de los encausados eran supervivientes de la cúpula de poder de Hitler y fueron condenados a penas de prisión: tres cadenas perpetuas (entre ellos Rudolf Hess), una casi perpetua (von Neurath fue condenado a 15 años, pero contaba en ese momento 73), 20 años para Albert Speer y para Schirach y 10 años para Donitz.
    Muchos conocemos la historia de Hess: nunca se le aplicó ninguna medida de gracia carcelaria, se suicidó a los 93 años, después de ser durante más de veinte el único ocupante de la cárcel de Spandau. Sin embargo Raeder y Funk (cadena perpetua) y von Neurath (cuasi perpetua) fueron liberados anticipadamente por motivos de salud.
    Todo el mundo olvidó rápidamente a estos últimos, pero sin embargo con Hess uno de los principales problemas que se planteó fue el de que a medida que iba envejeciendo, se producía un desequilibrio entre el peso de su pasado como criminal de guerra, -debilitado por el distanciamiento de los acontecimientos, la combinación de un relativo interés en olvidar y un desinterés en aprender-, y el peso de su presente como viejo, enfermo, solitario y desequilibrado (nunca arrepentido), victima de un sistema carcelario que parecía buscar más la venganza que la justicia.

    Y como colofón, ya que de germanos va la cosa, dejaremos hablar al atormentado espíritu de Nietzsche:

    “Quien con monstruos luche cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.”

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  11. Hermosas reflexiones. Sólo añadiría que La compasión nos hace más fuertes incluso que la justicia.

    ¡Cuánto "abismo" interesadamente jaleado hay en la AVT! ¡Una pena!

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