martes, 8 de diciembre de 2009

Respeto


La nueva ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y de Salud Sexual y Reproductiva no va a incrementar el número de abortos en nuestro país. Va a intentar disminuirlos a través de una regulación más clara y garantista que la actual y de un conjunto de medidas que promoverán una sexualidad tan responsable como libre.
España está por debajo de la media europea en cuanto a número de abortos. Un alto porcentaje de ellos (45%) en mujeres inmigrantes. Todos estamos de acuerdo en que el objetivo debe ser disminuir esas cifras al mínimo posible. Porque nadie desea abortar. Las mujeres que toman esa dura decisión, lo hacen siempre desde el dolor y el desgarro. Quien diga lo contrario miente. Ninguna lo hace por gusto o a la ligera. Pensar de otra manera es faltarles al respeto. Una instancia tan poco sospechosa de izquierdismo como el Tribunal Supremo de los EEUU, definió la decisión de interrumpir el embarazo como la más íntima y personal que puede tomar un ser humano.
Sólo aborta quien lo necesita ineludiblemente. Abortan mujeres de derechas, de izquierdas, ricas, pobres, muy jóvenes, menos jóvenes, de todos los credos religiosos o de ninguno. Esto es así y los profesionales que reciben este tipo de problemas ayudando a la mujer a buscar la mejor solución –o la menos mala - lo saben. También ellos podrían dar fe de lo hipócritas que pueden llegar a ser algunas opiniones en determinadas bocas. ¿Se puede condenar al aborto clandestino o a la cárcel a las mujeres que deciden finalizar voluntariamente el embarazo para no convertir su vida y la de su futuro hijo en un desastre anunciado? ¿Quién ostenta la superioridad moral para esa condena “a priori”? ¿Para esto no vale lo de “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”? ¿Dónde queda la piedad, la cercanía con el que sufre, el amor al prójimo que trasciende la soberbia de los que sientan cátedra desde determinados púlpitos civiles y clericales sin bajar nunca a los parajes donde la vida sucede? ¿Hay alguien más indefenso que una mujer en este trance?
Ya no es tiempo de lapidaciones en la plaza pública, aunque algunos parecen querer volver a antiguas épocas de “esplendor”. En los estados avanzados, en los países de nuestro entorno, las leyes para la regulación del aborto se hacen para evitar más penosidad a quienes están pasando por ese difícil momento de su vida. No son el ámbito de discusión moral sobre el controvertido tema de la definición del momento en que la vida comienza indubitablemente. No pretenden juzgar motivos ni conciencias, sino regular con proporcionalidad protegiendo los valores que la sociedad reconoce como propios. También el derecho y el deber de decidir que una madre tiene.
Las leyes de plazos han demostrado ser la mejor opción. Los estados que han optado por ellas tienen menos abortos que el resto. La despenalización por supuestos es interpretativa y supone una alta carga de inseguridad jurídica para mujeres y profesionales. Quizás por ello, en España, sólo el 5% de los abortos se hacen en la sanidad pública. Es momento ya de mejorar la actual regulación y el proyecto presentado es bueno. Aún lo será más cuando en la tramitación parlamentaria se afinen aspectos como la información a los padres en los casos de aborto en adolescentes.
Convendría tener más respeto, más empatía con el prójimo y más tolerancia. Las leyes son civilización, las doctrinas imposición y amenaza. Algunos de los que ahora hacen demagogia con los buenos sentimientos es posible que alguna vez tengan que mirarse al espejo en circunstancias no previstas. Como dijo el poeta romano y ahora suscriben muchos cristianos aún a riesgo de ser excomulgados: “nada de lo humano nos puede ser ajeno”.

2 comentarios:

  1. La vida de un futuro humano, al menos desde mi perspectiva y creo que la de la mayoria de jovenes informados y relativamente formados, comienza cuando la madre PIENSA al bebe y no antes.

    No se, pero parece mentira que a estas alturas de la pelicula aun no hayamos despenalizado el aborto, que no es mas que una opcion para solucionar un problema, un embarazo no deseado.

    Fantasticas son tambien las campañas para la prevenci´´on de embarazos no deseados, pero, a 12 euros un paquete de preservativos y la pildora postcoital a facil alcance, ¿que adolescente se gastara dinero en ellos?

    Perdon por los acentos,que no van.

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  2. Me parece muy interesante tu reflexión sobre las 2 opciones preservativo/ pildora postcoital. Son cosas que los carrozas no contemplamos pero deberían llevar a plantear más intensidad sobre la promoción del condón, más lógico, más preventivo y que desde luego debería ser más barato. Nada más coste- efectivo en tiempos de crisis.

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