martes, 24 de diciembre de 2013

El cortijo

"No conocemos la realidad, sino la realidad sometida a nuestra forma de interrogarla". Esta frase de  Heisenberg, adaptada al mundo de hoy en el libro de Miguel Ángel Aguilar "Las leyes de la física y la información", no solo es la base del principio de incertidumbre y del desarrollo de la mecánica cuántica, sino que explica muy bien la afirmación del PP gallego en el Parlamento autonómico como justificación a su enésima negativa a responder a las acusaciones de financiación irregular: "a los ciudadanos no les interesa el caso Bárcenas". 
Corren tiempos en los que la táctica del emborronamiento sistemático de la realidad es fácil de utilizar. El vertiginoso y acumulativo caudal de información y deformación con el que las nuevas tecnologías y la cultura del entretenimiento invaden los medios de comunicación para formatearlos a su antojo, hace que la memoria reciente colectiva -como si una extraña pandemia de enfermedad de Alzheimer nos afectara a todos- se pierda en los agujeros negros de la actualidad. Solo así podemos explicarnos que la cúpula del PP con Rajoy a la cabeza, resista las contundentes evidencias que confirman la contabilidad b del partido, el cortijo en el que convierten  las instituciones que controlan y los sobresueldos en b que recibieron para mantener el status quo económico y social que su condición de titulares "naturales" del poder en la "gran" España que heredaron de sus padres y mentores, merece.
¿Qué extraño sueño de la razón afincado en este país, permite que Rajoy siga en su puesto de mando, y que él y sus conmilitones no se hayan ido ya por el desagüe del descrédito y la desvergüenza? ¿Qué más "detalles" debemos conocer para que en cada comparecencia parlamentaria -sea por el asunto que sea-, en cada presencia ante los medios, en cada encuentro con ellos en la calle... iniciemos la conversación con un "¡Váyanse ya!"? 
Su desaparición política es un requisito indispensable para iniciar el largo viaje de regeneración democrática que necesitamos.

Pero siendo este un asunto sangrante, no lo son menos otros escándalos que cada día nos cuentan los periódicos y las radios -de las teles mejor no hablar salvo excepciones puntuales- y a los que apenas reaccionamos durante los escasos días en que dominan la actualidad. A los que cualquier puente, la Navidad, el verano, una catástrofe natural al otro lado del mundo, un suceso vinculado al mundo de la farándula... ponen rápidamente sordina.
Somos una sociedad débil, flácida, simplista, individualista, que ha perdido la confianza en la actuación colectiva, sea ésta política, sindical, civil... Y que tampoco propone otras alternativas para responder cuando sea menester, con eficacia y contundencia, a los amos "del cortijo que somos". Para al menos servir de contrapeso social a las élites "de siempre", a las que mantienen su posición económica y social a pesar de la crisis, en connivencia con los 100 banqueros españoles que cada uno cobraron, envueltos en el silencio de los corderos, más de un millón de euros en 2012. Mientras, el abismo económico entre pobres y ricos aumenta, la igualdad de oportunidades se difumina con los recortes en Educación, las mujeres de los segmentos menos favorecidos de la sociedad son abocadas a abortar de nuevo clandestinamente con riesgo para su salud y su vida... Caminamos a paso de gigante hacia una monarquía bananera, socialmente dual, desintegrada, insolidaria, potencialmente violenta e intelectualmente subdesarrollada.
Pero, por mucho que pretendan confundir los hechos con frases demagógicas y fútiles argumentarios, a los del PP poco les importa esta deriva. No les compete. Su Estado no está para dirigir el barco común. Contra más delgado, mejor. Ellos viven bien en "el sálvese quién pueda" del neoliberalismo -también llamado ley de la jungla-. Lo suyo es conservar lozanos sus cortijos: el de Blesa, el de los Áznar, el del la Conferencia Episcopal, el de Rajoy, el de Rato... El de los de siempre. Con otras caras, pero con los mismos propietarios.
Y lo están consiguiendo, dejándonos a los otros -a los que nunca tuvimos cortijo- mas inermes que nunca. Sin armas ni ánimos para enfrentar al hobessiano y determinista devenir de la historia, que convierte, si nadie la encauza desde la razón y la justicia, en más débiles a los débiles de cuna y en cada vez más fuertes a los hijos del éxito. 
"Cansados de tanta fatiga" como titula Fernando Vallespín una de sus últimas reflexiones. Con el hastío que produce "el que no pase lo que ya debería estar pasando". Y así seguiremos hasta que la indignación, poco a poco, se convierta en aburrimiento. Y se asiente la convicción de que poco queda por hacer y de que nada va a cambiar por mucho que nos esforcemos.
Un triste panorama que ya se ha instalado, fruto de la habilidad de la derecha española -amalgamada en el PP- para colgar el cartel de "todos los políticos son iguales" (el empate es su victoria). Cierto es que con el firme apoyo de los graves errores cometidos por la izquierda, hundida en las últimas décadas en el aburguesamiento ideológico y práctico, cuando no cayendo directamente en "la trampa" de los cantos de sirena del amiguismo cutre y la beautiful people... O quizás simplemente por la misma condición humana.
Sea por lo que fuere, dan ganas de decir: "que se metan su cortijo donde les quepa". O aquello que tan bien expresó Xosé Luis Barreiro "cuando el jaleo comience de verdad, conmigo que no cuenten". Lo difícil para algunos entre los que me cuento, es tener el cuajo para mantener esa postura pase lo que pase. Feliz Navidad a todos. Menos a ellos.

Para ponerle imagen y palabras al concepto, el discurso alternativo en Cuatro al del Rey en Nochebuena, por Pablo Iglesias -profesor de Ciencias Políticas en la UCM-

7 comentarios:

  1. El "Principio de la proyección" nos enseña cómo la realidad tiene una función especular importantísima: reflejar lo que las personas, en última instancia, vierten desde su psique más profunda.

    Hay un ámbito donde se puede ver claramente: lo que las elecciones políticas reflejan del pueblo que vota. Los políticos no son ni más ni menos corruptos que las sociedades en las que actúan. Esto se está convirtiendo en un triste sistema de complicidades en el que los méritos personales suelen tener menos calado que la sinvergonzonería, enchufes y palancas (muy cerca tenemos el cortijo Baltar, por citar el más próximo). Este clientelismo envilece hasta tal punto el aparato de gobierno que acaba por hacerlo inservible.

    Este fenómeno no sólo está presente en los políticos, sino en la mayoría de las personas que conforman la sociedad (¿cuántos votos reciben políticos declaradamente corruptos o partidos en donde anidan?): fenómeno especular-proyectivo. Así de claro y de triste.

    Es posible que nuestros políticos se hayan ganado a pulso la mala imagen que les endilgamos; pero es seguro que cada pueblo tiene los políticos que se merece.

    "No es mirando a la luz como se vuelve uno luminoso, sino vertiendo luz en la propia oscuridad" (Carl Gustav Jung).

    Feliz Navidad y Año Nuevo. Para ellos y ellas tampoco.

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  2. Pero...¿Donde están los "otros"?. Domina usted con maestría el arte del embudo.

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  3. Comienza Chechu el año nuevo con sus viejas obsesiones y, lanza en ristre, arremete contra el PP, Rajoy, los obispos, Aznar, la derecha y el neoliberalismo; aunque, cosa rara, no menciona a Feijoo; se entiende que va en el mismo paquete. No dice nada del reciente edificante espectáculo de dos mujeres comunistas tirándose de los pelos a cuenta de un escaño en el charlamento gallego, con el histriónico Beiras al fondo diciendo una cosa primero y haciendo otra después

    Pasa por alto el comportamiento mafioso de las centrales sindicales, su corrupción desvergonzada, que deja en pañales a la casi olvidada estafa de la UGT con la PSV; su cinismo criticando la reforma laboral pero aplicándola sin piedad a su propia gente, sus facturas falsas y empresas tapadera, y la negativa a dar cuentas de sus dineros y funcionamiento interno. De la corrupción del PSOE y de los partidos separatista, ni una palabra. ¿Estas gentes son los que van a capitanear la regeneración ética?

    Pobre PP rajoyano; desea ardientemente ser querido por la izquierda y los separatistas, o por lo menos, caerles simpático y solo recibe desprecios. Y mira que hace méritos: sube los impuestos por encima de lo que pedía IU; suelta a los asesinos de ETA; mantiene la mendaz ley de memoria histórica; no repone el recurso previo de constitunacionalidad, suprimido por Zapatero; claudicará con la criminal ley del aborto; no le mete mano a las ruinosas autonomías; cobardea con los separatistas catalanes; maltrata a su militancia de derechas y traiciona vilmente a su electorado. ¿Qué más puede hacer para que le den el certificado de progre?

    Rokudan

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  4. Si no fuera porque el asunto es peliagudo me reiría de buena gana con Rokudán, porque gracia tiene de sobra. También creo que la ley del embudo la maneja muuuuuuuuuuucha gente con maestría, pero no queremos o no podemos verlo, por eso a veces es bueno vernos a través de la mirada de los otros. Aunque no nos guste. Y yo me apeo en la siguiente parada. Nada más que por pura impotencia.

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  5. Amigo anónimo. Antes de responder dónde están los otros, revisar primero los "unos". Si repasemos algunos nombres: Gallardón, Esperanza Aguirre, Rajoy, Aznar... y pensamos en su historia familiar y personal (el abolengo de los dos primeros, las posiciones de los dos últimos en los primeros años de la transición con respecto a los derechos y los valores... podemos concluir que existe una linea de continuidad del poder predemocrático y la batalla en la que todo vale (se trata no solo de ganar sino de destruir al adversario) para mantener el cortijo (la hegemonía absoluta, status superior a los demás, sueldos -en A o en B- que se correspondan con ese status superior) que tuvieron y que siguen teniendo adaptándose a los nuevos paradigmas, estirando lo legal a su conveniencia (no hay peor corrupción que esa) en la que son unos expertos. Esos son los "unos". Los que buscan que España tenga un partido como el PRI como el mexicano, que gobierne casi siempre y que controle siempre los resortes del poder (aún en los periodos en los que no gobierne).
    Los "otros" somos los que llevamos toda la vida peleando en la vida, en el trabajo, en la opinión y en la política por mejorar la sociedad por el hecho de mejorarla, para hacerla más igual, más libre y más culta... No por mantener nada sino por lo contrario para cambiarlo a mejor. Esa era la izquierda de siempre, la que ha ido difuminándose poco a poco y cayendo también como se dice en el post en corrupciones y amiguismos tan graves como los que Rokudan recuerda. Distintos en origen y en cantidad a los del PP, aunque cualitativamente igual de graves.

    De Rokudan decir que confirma a Borges y a su Aleph. Los ángulos son tan distintos que ¿qué puedo decir? En su comentario hay tantos embudosm, como el último anónimo dice. Por cierto, yo, uno de los otros, también me bajo.

    Feliz año nuevo.

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  6. Alfa y Omega

    En la vida de los emperadores hay un momento que sucede al orgullo por la amplitud desmesurada de los territorios que hemos conquistado, a la melancolía y al alivio de saber que pronto renunciaremos a conocerlos y a comprenderlos; […] es el momento desesperado en que se descubre que ese imperio que nos había parecido la suma de todas las maravillas es una destrucción sin fin ni forma, que su corrupción está demasiado gangrenada para que nuestro cetro pueda ponerle remedio, que el triunfo sobre los soberanos enemigos nos ha hecho herederos de su larga ruina.

    El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.

    Italo Calvino "Las ciudades invisibles"

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  7. Preciosa cita de Italo Calvino con la que no puedo estar más de acuerdo hoy en día tanto intelectual como emocionalmente. Peleando duramente por vivir de la segunda manera. No es nada fácil. Gracias JABG.

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