viernes, 15 de enero de 2010

El espíritu de la ley


Unos días antes de su cierre por decisión judicial, estuve tomando una caña en el Café Cultural Auriense con unos amigos de fuera de la ciudad. Serían como las nueve de la noche y el ambiente era tranquilo y agradable. En varias de las mesas de alrededor, grupos de jóvenes charlaban animadamente mientras sonaba una suave música de fondo que permitía la conversación. Otros ojeaban algunas de las revistas o libros que el café pone a disposición de sus clientes. Justo a nuestro lado, un solitario muchacho leía concentrado un libro de poemas que seguramente acababa de comprar. Me pareció que era “No amanece el cantor” de Valente. La media de edad estaba en torno a los 35 y a mis amigos y a mí nos encantó contribuir a elevarla, aunque fuera moderadamente.
Las diversas consumiciones eran en general acordes con el frío que asolaba las calles: cafés y “colacaos” humeantes, pequeñas copas de licor café… Al fondo un grupo de músicos preparaba el escenario para el concierto que comenzaría un rato después. Uno más de los casi 130 actos culturales que el local programa cada año. Mis amigos quedaron encantados del ambiente relajado y sereno. Como no podía ser menos, acabamos hablando de la juventud actual y los lugares comunes con los que nos refiremos a ella. Frente al mito del creciente individualismo juvenil y adolescente, de la imagen del muchacho encerrado en su habitación viendo la televisión, hablando sin parar por el móvil y chateando sin tregua en el ordenador portátil, encontrar espacios donde se proponen actividades colectivas, donde se apuesta por la creatividad y la cultura es reconfortante. Sobre todo si se hace desde la libertad y el plus de cercanía que confieren los proyectos que no necesitan basarse en la subvención de las instituciones. Que les llega con que no les hagan la vida imposible.
El Café Auriense lleva desde el año 2000 promocionando la cultura alternativa ourensana y es también una pequeña empresa que soporta varios puestos de trabajo, ahora tan necesarios y frágiles. O sea, una realidad que todos deberíamos apoyar.
Por eso, al margen de rígidas y burocráticas consideraciones jurídico-administrativas de profesionales del derecho a los que no tengo el gusto de conocer y de los que no tengo duda que cumplen con la norma, algo falla en su interpretación de la misma para no entender que la decisión tomada es un error. Más allá de la letra de la ley está su espíritu, aquel que la vincula con el bien común de la colectividad en la que descansa. Y esta decisión judicial, al menos en este caso, perjudica además de a los directamente afectados, al desarrollo de una pequeña pero valiosa aportación a la vida cotidiana de esta ciudad, a su creatividad y a su alegría. Sin beneficiar a nadie ni corregir injusticias ni agravios. Por eso, de sentido común será buscar una salida rápida y definitiva que escape de los farragosos e interminables trámites legales, habituales en estos casos.
Y es que además llueve sobre mojado. Unos días antes se desalojó el Patio Maravillas, un inmueble deshabitado en el centro de Madrid, propiedad de un presunto implicado en delitos de corrupción urbanística, que fue ocupado hace varios años por un grupo de jóvenes con ideas e inquietudes. Durante este tiempo han dinamizado el barrio, organizado talleres de formación para todas las edades, conciertos, teatro, iniciativas de integración para inmigrantes… Ninguna queja de los vecinos. Otra orden judicial sin espíritu ha vuelto a convertir el edificio en un erial yermo y oscuro.
La justicia suele representarse en forma de mujer con los ojos tapados portando una balanza como señal inequívoca de su necesaria independencia. Nada en este mundo, salvo nacer, debe hacerse con los ojos cerrados. Y sin contar con el espíritu, tampoco.
Este artículo fue publicado en La Región unas horas despues de la decisión del Concello que permite la reapertura del Café Cultural Auriense. ¡¡¡Enhorabuena a todos, también al Concello por su buena decisión!!! Ved la noticia en La Voz de Galicia. Nos vemos en el Concierto Solidario de esta noche en la Plaza do Corregidor. Celebración. Respuesta de la sociedad civil. Reivindicación necesaria para que los jueces escuchen al espíritu que debería acompañarles siempre.

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