lunes, 3 de mayo de 2010

Los que más saben

Hace unos cuantos años Ciril Rozman, quizás el médico español más influyente en la profesión de las últimas décadas, vino a dar una conferencia a Ourense. Tuve con ello la oportunidad de preguntarle sobre quién era el más adecuado para tratar una determinada enfermedad cuyas características la situaban en la frontera de varias especialidades médicas. Su respuesta no pudo ser más sencilla y, al tiempo, más lúcida: “el que más sepa”, me dijo.
Desde entonces estoy convencido de que cuando quiere abordarse un tema, analizarlo y buscar soluciones, hay que recurrir a los mayores conocedores del asunto, a los que acumulan conocimiento y experiencia. A los que, con un término proveniente de los países anglosajones, llamamos expertos. También en política, en las grandes cuestiones generales, es conveniente confiar en ellos. Para las reformas importantes, resultan imprescindibles.
Por eso Zapatero acertó con el ministro Angel Gabilondo, curtido en las aulas, estudioso y comprometido con la educación en España. Para intentar un gran pacto o un buen acuerdo –las palabras son lo de menos- en el asunto más importante de cualquier estado. Para escuchar a todos los que tuvieran algo que aportar, pensando en las próximas generaciones más que en las próximas elecciones.
La educación es la clave del bienestar y el progreso. Reduce la pobreza y la desigualdad. Mejora la salud y promueve la libertad. Por mucho que el mito del “buen salvaje” resulte atractivo en algunos aspectos, es más fácil ser feliz y “bueno” si ha se ha recibido una buena educación.
También es la mejor inversión que puede hacerse, aunque las ventajas no se reconozcan hasta muchos años más tarde. Igual que las consecuencias de no haberse preocupado demasiado de ella. El fracasado modelo productivo de España y las negativas “peculiaridades” de nuestro mercado laboral, están muy relacionados con un fracaso escolar y universitario muy por encima de la media de la OCDE. Un 30% de los alumnos españoles no acaban la ESO, abandonan la universidad antes de terminar la carrera o la terminan más de 2 años después de lo previsto. Nos gastamos menos de la media europea en Educación y encima se nos va el presupuesto en gente que no lo aprovecha. Tenemos más horas de clase que ninguno, pero nuestros escolares están en los últimos puestos del informe Pisa. Un problema de eficiencia. Y también de reconocimiento social: en España la diferencia salarial entre los titulados superiores o universitarios y los que no lo son, es también la menor de los países occidentales. Por no hablar del papel del espacio público y los medios de comunicación españoles en la transmisión de modelos, principios morales, manejo del lenguaje….
Estas son las cuestiones sin cuya solución el futuro es incierto. Las batallas por el idioma y la Educación para la Ciudadanía son cuestiones menores que no deben ser un escollo para alcanzar acuerdos en lo importante. Gabilondo lo sabe y por eso ha evitado los mensajes grandilocuentes y los estériles enfrentamientos ideológicos que han cubierto de humo, en las últimas décadas, la dura realidad.
Por eso sus 148 medidas parten de la necesidad de recuperar los valores de la exigencia, el mérito, el esfuerzo y el trabajo. Recogen la idea de que la calidad de la enseñanza mejora si los profesores están mejor pagados y el número de alumnos por clase disminuye. Apuestan por una Formación Profesional de mayor calidad y oferta más diversa. E incluyen el imprescindible incremento presupuestario: una memoria económica de 1500 millones de euros para los próximos 3 años, unida al Acuerdo.
“Si alguien viniera a hablarme bien de alguien, al menos una vez al día, no sólo le daría la bienvenida sino también un abrazo”. Eso dice el filósofo Gabilondo en su último libro. Bien merece todo el crédito de sus interlocutores. Esperemos que la inmisericorde política de estos tiempos esté a su altura. Necesitamos a los que más saben.

3 comentarios:

  1. Se cumplió lo esperado. No toda la generosidad, el talante y la dedicación del ministro Gabilondo han podido con la consigna del PP: al enemigo ni agua. Aunque el agua sea la necesaria mejora del sistema educativo en España. Nada le importa al PP avanzar en la cultura del esfuerzo, el mérito, el trabajo para nuestras futuras generaciones... Sólo le interesa seguir dando de mamar a su reaccionaria prole, ganar las elecciones y desalojar del poder a los usurpadores. Caterva.

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  2. Chascarrillo.
    - Pregunta: ¿qué es un experto?
    - Respuesta: "alguien que ha metido la pata y se ha librado de las consecuencias con mas frecuencia de lo que te ha ocurrido a tí"

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  3. Puede ser, pero los hay y muy buenos. tu y yo lo sabemos. ojalá tuvieran más poder de decisión. al menos cuando saben son más generosos.

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